De la Pirámide al modelo Casette: continua el despiece de la Atención Primaria
Una vez que los modelos de estratificación han dado de sí todo lo que podían dar para el bien del paciente (es decir, nada), la imparable maquinaria de la invención de ocurrencias en servicios sanitarios acaba de lanzar su última novedad para continuar con el despiece de lo que un día se llamó Atención Primaria: se llama “segmentación”, y procede del sistema nacional de salud inglés, cada vez más alejado de lo que un día fue la referencia como sistema nacional de salud.
Fuente: El Gerente de Mediado (Sergio Minué)
El intermediario es,en este caso el Nuffield Trust, que al igual que el Kings Fund se han convertido en simples cajas de resonancia y justificación de las políticas conservadoras británicas. Dicha institución acaba de publicar un papel cuyo título es Divided we fall ( divididos fracasamos), y probablemente el título ya incluye la conclusión, aunque ésta no sea precisamente lo que defienden sus autores.
El informe no oculta el objetivo de Jeremy Hunt, el máximo responsable sanitario británico, con la medida: reducir la presión en los hospitales, por si a alguno/a le quedaban dudas sobre donde está el centro del sistema.
El argumento que justifica esta nueva forma de estratificación horizontal ( que completa la iniciada con las pirámides Kaiser Permanente y su bonito sistemas de castas ciudadanas) es aceptar el hecho de que hay gente que quiere que le atiendan aquí y ahora, según sale del bar y antes de ir a casa, y que no puede esperar a ser citado por su médico general cuando haya un hueco. El antecedente del modelo , como suele ser habitual, está en Estados Unidos, imparable máquina de difundir innovaciones desde el sistema más ineficiente del mundo. Allí se implantaron hace años las “Minute clinics” en lugares comerciales, y que el NHS ya implantó a finales de los 90 con las llamadas “walk in clinics”, dispensarios instalados en centros comerciales y estaciones de transporte como una forma de aumentar la accesibilidad del insaciable consumidor al sistema sanitario.
Rebecca Rosen, autora del informe del Nuffield, reconoce que no hay evidencia hasta la fecha de que dicha iniciativa mejore resultados respecto al modelo clásico de atención, pero eso no es impedimento cuando de lo que se trata es de construir un nuevo modelo acorde de las expectativas generadas en el siglo XXI.
Según el modelo propuesto por el Nuffield para facilitar la implantación de la estrategia de segmentación del gobierno británico es preciso dividir a cada cupo de medicina general en tres sectores que conforman una bonita imagen similar a los antiguos «casettes»: por un lado estarían los pacientes con problemas menores (una conjuntivitis, un catarro) buena parte de los cuales puede ser atendidos en cualquier lugar incluso sin contacto directo: para eso está el bonito Skype y el popular WhatsApp. Un segundo segmento ( horizontal, por dios, no confundir con el segundo escalón de la pirámide sagrada) estaría constituida por las exacerbaciones de enfermedades ya existentes, síntomas indiferenciados o sin explicación médica o lo que Rosen llama “ansiedades sanitarias” : para ellos el nuevo sistema debería ofrecer “episodios de continuidad”, tecnología monitorizadoras del trastorno ( si es que se encuentra), o incluso el anticuado modelo de ser atendido por un médico de forma regular. Por último están los que Kaiser Permanente situaba en la cima de su pirámide y el Nuffield en el lado derecho de la casette ( según se mira): los que sufren enfermedades complejas y múltiples para los que lógicamente se necesitan equipos multiprofesionales con todo tipo de expertos.
Es obvio que “el modelo cassette” rompe con la continuidad en la atención que constituye posiblemente el instrumento más importante de la Atención Primaria, y así lo reconoce la propia Rosen. Pero es un problema menor ante el hecho incuestionable de que “ las consultas cara a cara con un médico es considerada cada vez más como un enfoque equivocado a las necesidades clínicas, en un momento en que las consultas a través de los nuevos medios tecnológicos con una variedad de profesionales se erigen en nuevas formas de valoración y tratamiento”. Incluso para reducir los efectos negativos en la continuidad proponen «una forma más integrada de segmentación que aúne el acceso inmediato con el “generalismo médico”, la forma con la que Rosen se refiere a la continuidad.».
Este despropósito de modelo ( separar para luego intentar integrar) no aborda el problema de fondo: que faltan médicos generales y que cada vez más éstos abandonan la profesión hartos de la forma de trabajo existente.
La nueva ocurrencia no sería más que una anécdota si no fuera porque en ella subyace la mayor amenaza a la Atención primaria y , en definitiva , a los sistemas sanitarios basado en la solidaridad, de lo que hablaremos en el próximo post.
Y también porque muy posiblemente, los entusiastas de la innovación sanitaria, distribuidos en todas y cada uno de los servicios de salud probablemente pronto comiencen a defender las bondades del nuevo modelo, incluso con la realización de congresos “segmentarios”.
https://www.nuffieldtrust.org.uk/media/snapshot-dr-rebecca-rosen-on-new-models-of-care