Carta de mil médicos y científicos a la ministra de Sanidad: «Las pseudociencias matan»
«Seamos claros: las pseudociencias matan». Contundente e inequívoco como pocas veces. Así empieza la carta abierta dirigida a la ministra de Sanidad que desde el domingo recorre la Red como un reguero de pólvora y que ya ha sido suscrita por más de 1.200 médicos y científicos de todo tipo de ámbitos. (Todavía hay médicos que practican la homeopatía y otras prácticas pseudomédicas. En algun Colegio de médicos hay una Comisión de Homeopatía) Fuente: lavozdegalicia.es
«No nos esperábamos una respuesta tan rápida, y seguro que va a más», explica Manuel Herrador, profesor de la Universidade da Coruña y uno de los promotores del manifiesto impulsado por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer, la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, el Círculo Escéptico, la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad y FarmaCiencia.
Agua con azúcar (homeopatía) para tratar el cáncer, imanes para curar la hepatitis, imposición de manos para sanar, acupunturas contra la esclerosis múltiple… Son solo algunas de las pseudoterapias que han llevado, según se recoge en el manifiesto, «a la muerte a miles de personas solo en nuestro país, y lo siguen haciendo».
Las recientes muertes de Mario Rodríguez o Rosa Morillo, que abandonaron su tratamiento convencional para combatir el cáncer por otras falsas terapias son solo un ejemplo.
La misiva dirigida a la ministra los firmantes destacan la necesidad de leyes o controles «que eviten que algunos productos pseudocientíficos, como la homeopatía, se vendan de forma libre en las farmacias, a pesar de no tener ninguna eficacia y atentar contra los derechos de los enfermos». Denuncian la presencia de médicos colegiados que infringen el código deontológico «con el beneplácito de sus respectivos colegios médicos, quienes les permiten ofrecer pseudoterapias, llegando, en algunos casos, a tener comisiones propias dentro del colegio», así como la irrupción de intrusos no profesionales que, «de forma pública, evidente y notoria infringen la legislación de centros sanitarios» para ofrecer servicios y productos que van en contra de los derechos de los enfermos.
A los científicos y médicos ya no les vale la excusa de que España, por sí sola, no puede regular este tipo de prácticas. «No vale el argumento de que hay que regularlo desde Europa, porque nadie dijo que no pudiera hacerse desde aquí. En ningún lado está escrito que un país no pueda crear sus propias normas», expone Moisés Canle, decano de Ciencias de la Universidade da Coruña, que también respalda la iniciativa. «Las pseudoterapias no son más que un fraude, un timo», añade.
Coincide en el diagnóstico Manuel Collado, líder del laboratorio de Células Madre, Cáncer y Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago. «No podemos tolerar -dice- que cualquier energúmeno sin escrúpulos o cualquier iluminado se lucre con las desgracias y los sufrimientos ajenos y ponga en peligro la vida de las personas delante de nuestras narices». Sobre la legislación precisa que «nada en la normativa europea protege las falsas terapias», pese a que admite que «tenemos muchísimos establecimientos y energúmenos operando abiertamente, haciendo proclamas falsas y peligrosas, que matan a gente y que se vanaglorian de ello».
«No nos lo merecemos»
La lucha contra estas prácticas también es el objetivo del Observatorio contra las Pseudociencias de la Organización Médica Colegial (OMC). Su coordinador, Jerónimo Fernández Torrente, comparte la filosofía de la carta, pero no la crítica que se realiza a la «laxitud» de los colegios médicos. «No es justa ni no nos lo merecemos -asegura-, porque se les ha olvidado el enorme esfuerzo que desde la OMC y desde los 52 colegios médicos de España se está haciendo para combatir las pseudociencias». «Nuestro posicionamiento -asegura- es muy claro, contundente y sin aristas: en ningún caso defendemos procedimientos que no estén basados en la medicina científica experimental, en la evidencia científica, y no estamos para nada de acuerdo en ocurrencias o en prácticas de la Edad Media. Es lo que hemos defendido y defendemos en todos los foros a los que asistimos y a los que se nos pide opinión».
Admite que aún existe algún colegio médico contado que cuenta con una comisión de homeopatía -ninguno en Galicia- y que hay facultativos homeópatas, la inmensa minoría, pero que no se puede actuar contra ellos hasta que reciban una denuncia previa por mala praxis. «Si a algún paciente le cambian un tratamiento basado en la evidencia científica por una pseudoterapia, lo animamos a denunciar», dice. Y reclama una normativa más contundente que acabe «con el limbo legal».
Guía de algunas pseudociencias (hipertextual.com)
Homeopatía: es la reina actual de las pseudociencias médicas, y se basa en la creencia de que lo similar cura lo similar si se administra de forma diluida y en la memoria del agua con los principios activos que estuvieron en contacto con ella, nada de lo cual es cierto. Todos y cada uno de los estudios clínicos rigurosos, con repetidas comprobaciones, que se han realizado de los tratamientos homeopáticos han concluido que no funciona.
Reiki: se trata de una práctica espiritual pseudomédica en la que se utiliza la imposición de manos o el toque terapéutico para transmitir el ki, una energía o fuerza vital que sana y equilibra. Naturalmente, la existencia del ki no ha sido demostrada (y todo lo que puede ser afirmado sin pruebas puede ser rechazado sin ellas), y su eficacia según los estudios clínicos es cero.
Acupuntura: práctica de la mal llamada medicina tradicional china que consiste en pinchar a los incautos con agujas para manipular los meridianos, esos canales energéticos del cuerpo inventados, y sanar sus dolencias.
Osteopatía: sus practicantes afirman que el cuerpo es una unidad que no opera simplemente como un conjunto de órganos y que, si alguna de sus partes sufre, el resto se descompensa. Sus soluciones: masajes y manipulaciones articulares; chachi piruli. La quiropráctica es prima hermana suya.
Flores de Bach: son preparados de agua de flores diluida en brandy que, como en el caso de los productos homeopáticos, carece de principios activos.
Magnetoterapia: mitiga el dolor y cura enfermedades con el uso de imanes que, por arte de birlibirloque, calman las molestias y desactivan virus.
Mala fitoterapia: tratar enfermedades y dolencias leves con plantas medicinales o remedios herbales es posible, pero en ningún caso problemas de gravedad. Además, no todos los fitoterapeutas se rigen por los estudios serios de la disciplina y recetan a lo tonto.
Feng Shui: sus fieles aseguran que existe una energía o aliento vital llamado chi que se modifica por los objetos dispuestos en el espacio y que, por tanto, dicha disposición puede funcionar como terapia. Imaginad que me señalo la sien con el índice y formo círculos en el aire con él.
Pseudoterapias con física cuántica: es la ciencia avanzada de moda, como lo fue en su momento el estudio de la electricidad y de la relatividad, y como con estas, los charlatanes de turno la utilizan para sacar tajada ofreciendo pseudotratamientos y aprovechándose de la difícil comprensión de la misma.