FoCAP: «La Atención Primaria dice No a la Guerra. Carta al Presidente del Gobierno»
Fuente: FoCAP Forum Catalá d’Atenció Primaria
La Junta del Focap queremos hacernos eco y dar nuestro pleno apoyo a esta carta dirigida al Presidente del Gobierno que nos ha hecho llegar una compañera y socia del Focap respecto a la terrible situación que se está viviendo en Israel y en la franja de Gaza y que está asolando a toda su población. Creemos que hay que ser contundentes y decir NO a la guerra y la espiral de violencia y destrucción actuales y reclamar una respuesta igualmente contundente por parte de los estados, incluido el gobierno español, y los organismos internacionales que ofrezca una resolución al conflicto por medios pacíficos.
La atención primaria dice NO A LA GUERRA
Carta al presidente del gobierno
Desde la atención primaria vivimos con mucha preocupación la escalada de violencia, muerte y destrucción en Oriente Próximo. Sabemos a ciencia cierta que en situaciones de conflicto armado no hay ni salud física ni mental y los sistemas de salud colapsan.
Condenamos enérgicamente el atentado perpetrado por Hamás contra civiles israelíes el pasado 7 de octubre, así como los 75 años de ocupación, violencia estructural, apartheid e incumplimiento sistemático del derecho internacional por parte de Israel en los territorios palestinos.
Condenamos también el uso sin precedentes por parte del ejército israelí de artillería masiva y bombardeos intensos con sistemas de armamento ultramoderno que ocasionan una muerte extremadamente cruel y dolorosa a la población civil palestina, casi la mitad de la cual es menor de edad. Sabemos que esto es un crimen de guerra como también lo es atacar campos de refugiados, asesinar a periodistas y sus familias, bloquear el acceso al agua, alimentos, suministros médicos, combustible y electricidad, así como el bombardeo de hospitales desbordados de heridos y el cierre obligado de otros centros por falta de recursos. Todos estos crímenes se están llevando a cabo hoy contra la población palestina.
Desde la atención primaria nos solidarizamos con los compañeros sanitarios de la Franja de Gaza que están trabajando en condiciones dramáticas, extenuantes y de alto riesgo por sus vidas, convirtiendo el ejercicio de su profesión en un acto de civismo.
La guerra es destructiva. Sólo trae miedo, sufrimiento, vulneración de derechos humanos y muerte. Pero sobre todo la guerra no es inevitable. Es sólo fruto de una decisión política. Es sólo una de entre todas las opciones que existen en la forma de encarar los conflictos.
Es también la forma más injusta. En este sentido, el conflicto entre israelíes y palestinos es paradigmático. En la Franja de Gaza, antes del 7 de octubre, el 45% de la población era menor de 14 años y la edad media era de 16,9 años. Esto pone de manifiesto de forma contundente lo injusto que es criminalizar a una población para justificar su asesinato masivo.
La guerra es también la forma más cara de hacer frente a los conflictos y esto es así tanto en tiempos de guerra como en tiempos de paz. El presupuesto del Ministerio de Defensa español para 2023 ha aumentado en un 26,3% respecto a 2022, mientras que el del Ministerio de Sanidad sólo lo ha hecho en un 6,5%. Sabemos que este incremento espectacular del gasto militar nada tiene que ver con ninguna amenaza bélica real, sino que responde a presiones internas y externas con el objetivo de aumentar las inversiones en armamento y favorecer el complejo industrial militar. Sabemos también que esta gran inversión endeuda al Estado y va en detrimento tanto del bienestar social como del crecimiento productivo. Es muy gráfico saber, por ejemplo, que si a nivel mundial dejáramos de gastar dinero en armas durante 26 horas, se podría salvar a 34 millones de personas del hambre.
La guerra es también la forma más ineficaz de resolver problemas. La ley del más fuerte siempre beneficia a quien tiene más fuerza y genera sufrimiento entre los más vulnerables de todos los bandos. La historia nos ha enseñado en múltiples ocasiones que unas condiciones de violencia, dominación, asfixia y control absolutos producen, a su vez, violencia desbocada en aquellos que las padecen. Sólo hace falta conocer la naturaleza humana, la de cada uno de nosotros, para entenderlo. Así, si queremos poner fin a la violencia, debemos poner fin a las condiciones que la han producido.
Creemos en el multilateralismo como camino para desactivar los conflictos. Apoyamos las propuestas de Naciones Unidas de desarme y paz compartida, donde nadie pretenda ser hegemónico, sino al contrario, donde todo el mundo busque la cohesión a través de la cooperación para erradicar y prohibir la guerra. Si queremos la paz debemos trabajar por el desarme, la cooperación y la fraternidad.
Por eso exigimos:
- El alto el fuego inmediato de forma bilateral y la resolución del conflicto por medios pacíficos. Esto no puede esperar. Cada día que pasa se pierden más vidas humanas y la catástrofe humanitaria empeora. Los doscientos rehenes israelíes tomados por Hamás y otros grupos armados y retenidos en Gaza siguen en peligro.
- La suspensión de toda relación militar con Israel, lo que incluye el embargo, exportación e importación de armas a un país que necesita ingresos para mantener su alto nivel de militarización.
- El cumplimiento de las resoluciones de la ONU y el respeto a la aplicación del derecho internacional. Es necesario garantizar el acceso a la ayuda humanitaria ya los suministros y la creación de espacios humanitarios seguros. Hay que poner fin al sistema de segregación racial, desposesión, empleo y apartheid impuesto a Palestina desde 1948.
- La investigación por parte del Tribunal Penal Internacional de los posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por todas las partes en Gaza y en los Territorios Palestinos Ocupados, incluidas las pruebas de crímenes contra niños.
- La ruptura de toda relación diplomática con Israel en señal de repudio y condena a la desproporcionada ofensiva militar ya la amenaza contra la paz y la seguridad internacional. También la aplicación de sanciones económicas en Israel.
- Que nuestros líderes políticos prioricen de forma incondicional las vidas humanas, cualquier vida humana, por delante de los intereses geoestratégicos y económicos y que escuchen el movimiento global por la paz. Debe ponerse fin a la brecha actual entre la clase política y la voluntad popular.
- El fin del control gubernamental y partidista de los medios de comunicación a fin de que los conflictos armados se informen desde todos los puntos de vista y con perspectiva histórica y contextual. Que dejen de construir un relato que permite la auto-identificación con unos y la deshumanización de otros.
- Que la educación para la paz y la no-violencia sea curricular en todos los planes de estudios para promover un futuro libre de guerras.