Sigue el debate del glifosato
El glifosato es el principal componente del herbicida más vendido del mundo. Está en nuestros parques, cultivos y alimentos. Y ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “probablemente cancerígeno para el ser humano»
El glifosato es el principal componente del herbicida denominado Roundup, que ha sido desarrollado por Monsanto, y es uno de los productos que mayores beneficios le genera a la compañía. Millones de hectáreas de tierras de cultivo, e incluso parques y aceras, se rocían con Roundup cada año para matar las llamadas «malas hierbas». Y acaba llegando también a los productos con los que nos alimentamos.
Ante este anuncio de la OMS, que pone en riesgo su lucrativo producto, Monsanto está ya tratando con todos sus medios de desacreditar el estudio. Sin embargo, los gobiernos y autoridades europeas deberían escuchar las evaluaciones de la OMS muy en serio y definir ya una hoja de ruta para actuar. Es necesario que se adopten rápidamente medidas de precaución para preservar nuestra salud y el medio ambiente.
Tenemos la oportunidad de lograr que se comprometan a frenar el uso del glifosato y a apoyar un modelo de agricultura ecológica, que no dependa de sustancias peligrosas, respete la salud de las personas y el medio ambiente y nos provea de alimentos sanos para todos hoy y en el futuro.
Ricardo Serra, vicepresidente de Asaja, ha defendido en ‘Hoy por Hoy’ de la cadena SER el herbicida porque es “fundamental para la producción agraria”. “Tiene todos los beneplácitos y virtudes para el control de las malas hierbas y, en contra de lo que algunos dicen, es de un nivel residual muy bajo y tiene un precio relativamente asequible”.
Para Juan López Uralde, portavoz de EQUO, “no se puede mirar para otro lado” cuando hay varios investigadores que han apuntado a los efectos nocivos para la salud del herbicida. “Si fuera tan inocuo, no habría ocho países, entre ellos Francia, Italia o Bélgica, que han anunciado su prohibición en tres años”.