Osakidetza: colaboración público/privada, donde siempre gana la privada.
Fuente: Redacción Osalde
La Consejería de Salud del Gobierno Vasco continúa su deriva del derecho a la salud al negocio con la salud, de un sistema de Salud universal de calidad, a una Sanidad mediocre para quien no pueda pagarse un seguro privado.
La medicina sin médicos se consolida en Euskadi. Osakidetza ha entregado una Guía destinada a profesionales de enfermería y PAC fijando los criterios de derivación y a qué centro deben trasladar a cada paciente en base a su gravedad.
Hace un año, fué la Comunidad de Madrid la que publicó un protocolo de actuación para los centros de salud sin médicos de familia en el que se responsabilizaba a las enfermeras de algunas de las tareas que éstos realizan.
«Un centro de salud que no tiene atención médica no es un centro de salud», sentenció entonces Marciano Sánchez Bayle, portavoz nacional de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
Ahora es la Consejería de Salud de Euskadi quien aplica la misma política que Madrid, CA gobernada por el PP y cuyo sistema de Salud ocupa el puesto 13 de 17 en el ranking de CCAA (Informe FADSP) y cuyo indice de médicos (6,9/10.000) es tan bajo que solo supera a Ceuta, Melilla y Baleares. La consulta telefónica fué el primer paso al centro sanitario sin médico. Para el prestigiado ex-gerente de Osakidetza Iñigo Jaca, la consulta telefónica ya es «una vergüenza«. Nos imaginamos que opina de esta nueva medida.
Para algunos sindicatos sanitarios, la nueva medida constituye el traspaso de una nueva línea roja en la deriva privatizadora de Osakidetza por parte de la actual Consejería del Gobierno Vasco que favorece a los Seguros privados de Salud, hechos constatados por la evidente relación causal entre el deterioro de la calidad asistencial de Osakidetza y la consecuente contratación de seguros privados. Dinámica que avanza al modelo neoliberal tipo EEUU que encarece enormemente la atención de la salud y crea un sistema fragmentado y clasista para ricos, pobres y ancianos. El sindicato ESK considera que esta nueva medida consolida lo que supone «una burla tanto a la ciudadanía como a los profesionales que están trabajando en el Servicio Vasco de Salud».
Como insistentemente estamos denunciando desde Osalde y la FADSP, y han advertido sindicatos profesionales, el proceso privatizador y deterioro de la calidad afecta sobre todo a la Atención Primaria, acentuándose en el periodo estival, cuando se evidencia una falta de planificación en las sustituciones, precarización en las contrataciones y la inseguridad jurídica en la que deja a las profesionales de enfermería.
El Protocolo de actuación dirigido al personal de enfermería no soluciona la falta de médicos en algunos centros y PACs. Por mucho que se insista en algo que ya conoce de sobra el personal de enfermería y práctica en el triage de urgencias hospitalarias, ésta nueva guía de actuación no aporta nada y no soluciona la falta de contratación de médicos que puede ser causa de derivaciones y demoras que añaden riesgos a determinadas situaciones de especial urgencia y gravedad.
La medida se añade a una serie continua que prolonga la escalada privatizadora que caracteriza las políticas de imagen social pero de «colaboración público-privada, donde siempre gana la privada» característica del actual gobierno y que no pasa desapercibida por la ciudadanía, especialmente la más vulnerable, que requiere políticas igualitarias, universales y de calidad en Salud.
Osakidetza, a pesar de encontrarse a la cabeza del ranking de la CCAA sufre aún una serie de deficiencias en las que tiene que avanzar a un sistema verdaderamente social. Hoy en día la Odontología sigue en manos privadas y es bochornoso ver a muchas personas mayores con bocas desastrosas y sin una prótesis por falta de medios, ya que es una medicina especialmente costosa. Lo mismo ocurre con la rehabilitación. Tras determinadas afecciones, como puede ser las parálisis consecutivas a ictus, si no se realiza una rehabilitación precoz, resulta ya irreversible la incapacidad que podía haberse evitado si no hubiera la insuficiencia y inaceptables listas de espera de esta prestación, prácticamente reservada a las economías más pudientes, dado también su elevado coste. Las listas de espera de algunas especialidades, como traumatología o dermatología son inaceptables, por el mismo motivo. Las demoras pueden ser causa de lesiones definitivas, o del paso de la curación a la evolución fatal.
La actual Estrategia de Salud Mental, como bien han señalado Ander Retolaza e Iñaki Márkez (Osalde) es insuficiente para atender a personas con Trastornos Mentales Comunes en Atención Primaria y de Trastornos Mentales Graves (TMG), tipo psicótico, frecuentemente afectados por el estigma y la discriminación y cuya atención intersectorial (salud, servicios sociales, empleo, etc.) tiene también graves carencias. Tampoco reciben la atención necesaria problemas mentales de niños y niñas, adolescentes, mayores, personas con discapacidad residentes en recursos sociales o en instituciones penitenciarias.
En definitiva, la Salud Pública, Osakidetza y Sanidad, a pesar de situarse a la cabeza del ranking de las CCAA del Estado, aun tiene graves deficiencias y áreas donde continuar su desarrollo mediante políticas comunitarias para poder ostentar el titulo de Servicio Público Universal y de Calidad. En absoluto es susceptible de recortes que alimentan la economía privada. La forma de abordar las crisis económicas define la orientación politica de los gobiernos. No son recortes lo que necesitan los Servicios Públicos básicos cuyas carencias sufren más las clases populares y concentra aun más la riqueza. Se necesitan mas y mejores Servicios Sociales, mas reparto, mas solidaridad.
Las organizaciones de Defensa de la Salud Pública, los sindicatos, partidos de izquierda y ciudadanía, el Foro Vasco por la Salud, los movimientos sociales de jubilados, pacientes, mujeres, etc. han expresado multitudinariamente este problema y evidentemente esta deriva de las políticas neoliberales, no pasa desapercibida por la población. Mas temprano que tarde ha de reflejarse en las urnas. Osalde confía en que nuevas políticas lleguen a tiempo de Salvar la Salud Pública de la codicia insolidaria y sus gestores políticos de turno.