Salud y bienestar: Desigualdades estructurales y revueltas populares
por Jorge Barrón, miembro de Osalde
Arde Paris.., y el incendio puede extenderse, porque otros grandes núcleos urbanos acumulan idénticos factores sociales de riesgo. Mientras la derecha extrema alarma con mensajes xenófobos, que son el pretexto para aplicar opciones políticas mas represivas, que ponen en peligro los derechos, las libertades, la democracia..,
Osalde ha hecho incapie en los determinantes sociales de la salud y el bienestar..,
Así como los logros y avances de la ciencia y la tecnología por si solos no curan ni salvan vidas, ya que solo una parte de la población tiene acceso a tales recursos, tampoco basta un Sistema Público de Salud de Calidad cuando la desigualdad social es de tal magnitud que, prácticamente excluye y margina a una parte cada vez mayor de la sociedad. Los barrios marginales, los suburbios, desplazan a unos excedentes que los gobiernos neoliberales desatienden con sus politicas discriminatorias, desiguales y austericidas.
La pobreza, el desempleo, la precariedad laboral, el fracaso escolar y el abandono de los estudios son causas estructurales a las que se superponen las causas etnorraciales. Como el racismo, la islamofobia y las discriminaciones de todo tipo, como son los controles por el aspecto y el color de la piel.
Las políticas que optan por una ciudad concéntrica y clasista, aplicando una lógica de guetos, frente a la ciudad fractal de barrios diversos y dotados de todos los servicios, no solo no han conseguido romper las desigualdades, sino que producen el efecto contrario. La creciente desigualdad, afectando cada vez a mayores fracciones de una población en gran parte postcolonial, excluida y concentrada en guetos del suburbio, constituyen una verdadera bomba social..,
También hay causas políticas, coyunturales. Como la muerte de un joven por la policia, victima de una brutal actuación totalmente desproporcionada… pero estas solo son las chispas que prenden la mecha.
No existe una justa distribución de los beneficios que aporta el progreso cientifico y tecnológico, no existe una justa distribución de la riqueza, ni suficientes politicas sociales que alivien la desigualdad con unos mínimos de vida digna para que nadie sea excluído.
Las políticas distributivas dependen de los sistemas políticos y los gobiernos. En nuestro sistema capitalista democrático, la desigualdad social depende de las políticas sociales especialmente, pero influyen todas las políticas. No es cierto el mantra de la igualdad de oportunidades, depende de quién gobierne, de su orientación hacia la concentración de la riqueza o a la distribución. Y depende del desarrollo democrático, de si la participación popular se limita a las elecciones o si existe un sistema que permite la verdadera gobernanza en aquellos temas fundamentales que requieren la consulta y participación popular en la toma de decisiones.
Por eso en Osalde decimos: Vota Progreso social, Salud y Bienestar para todos y todas. Vota por quienes se comprometen en su programa político, no solo para crear riqueza, sino para distribuirla justamente, según las necesidades, de forma suficiente para que nadie sea excluido de una vida digna, del trabajo, la vivienda, la formación, la salud, los cuidados, el acogimiento y la tutela. Nadie, sin exclusión.
Solo así evitaremos la crisis social que tarde o temprano estalla y conduce a más represión, más injusticia y menos democracia.