Nuevo intento de la derecha para colar una ley de gestación subrogada «altruísta»
El caso Obregón ha sido aprovechado por la derecha española para reabrir la cuestión de la gestación subrogada, pretendiendo convencer de lo que nadie se cree: que las mujeres no alquilan su vientre, sino que lo hacen «altruísticamente».
En este país somos muy dados a reabrir debates que ya teníamos superados. Y si el motivo de la reapertura es un titular en el que aparece una famosa artista, rondando los 70, y que no ha superado el peor de los duelos que existe, la pérdida de un hijo, ya ni les cuento. Ana Obregón, con 68 años, ha pagado para que otra mujer tenga un hijo que ella va a inscribir como suyo. Pagar para que otra mujer tenga un hijo, que luego el que paga le va a llamar igual, hijo o hija, es una práctica ilegal en España. Y lo es porque es una práctica que tiene su fundamento en la explotación del cuerpo de otra mujer. Es así de sencillo. Y como en este país esta práctica está prohibida, los y las que tienen dinero eligen en un catálogo qué país les puede prestar este servicio. No es Ana Obregón la primera ni la única que lo hace, aunque en ella se junten otros factores que hacen su decisión todavía más polémica.
Dice el Comité de Bioética de España que el deseo de tener un hijo, por muy noble que sea, no puede realizarse a costa de los derechos de otra persona. Y esto es lo que se hace cuando alguien paga por un bebé, es así de sencillo. En España, esta práctica se reguló, ya hubo debate en su momento, otros organismos internacionales condenan igualmente esta práctica que vulnera los derechos de las mujeres. Pero ahora resulta que en este país no lo teníamos tan claro. El titular es demasiado jugoso, el blanqueo que de esta práctica hacen revistas y medios que se dedican a la crónica social ha dado la idea a algunos de que a lo mejor este es buen material electoral.
Así que, el PP, por ejemplo, ha pensado que era un buen momento para dar un giro a su postura hasta ahora, y dice estar dispuesto a abrir un debate serio y sosegado, como si esto en España fuera posible, para regular este tipo de gestaciones, los vientres de alquiler, siempre que no medie una prestación económica. O sea, que haya mujeres que, como si fueran una ONG, presten su cuerpo de manera altruista. Los vientres de alquiler son un negocio, así de sencillo, y una forma de explotación de las mujeres, así de sencillo, y reabrir este debate, porque un caso determinado, que tiene además muchos más elementos de polémica, como la edad o el momento emocional de la contratante, está en boca de todo el mundo es una muestra de irresponsabilidad. En España los vientres de alquiler son ilegales.
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OSALDE ante la gestación subrogada: Participación en la Mesa sobre Maternidad Subrogada en Tele7
A la mesa moderada por Yolanda Alicia sobre “Maternidad subrogada” acudió Sara Ibáñez, quien hizo un relato del desarrollo de la misma (la entrevista puede verse en YOUTUBE: “TEMAS DE ACTUALIDAD, EL DEBATE: LA GESTACIÓN SUBROGADA” Los otros miembros de la mesa eran el ginecólogo Jose Luis Neyro y Blanca Estrella Ruiz, de la Asociación Clara Campoamor. El debate tuvo dificultades para desarrollarse como un diálogo ordenado y respetuoso entre las personas participantes, verdaderos expertas todas ellas, pues conocían el tema dada su profesión y amplia experiencia. No estuvo exento de tensiones, en especial por la actitud del Dr Neyro que se mostró arrogante, irrespetuosa con los turnos de palabra y con las opiniones de los participantes y en ocasiones con manifiesta actitud burlona. Mientras que Neyro se mostró abiertamente a favor de la gestación subrogada, Sara Ibáñez y Blanca Estrella Ruiz resaltaron los múltiples aspectos conflictivos no resueltos, esté o no regulado, consecuencia de su mercantilización y los conflictos de intereses que median en el proceso y que expone a posibles graves riesgos que pueden afectar especialmente a las madres “de alquiler” o a los nacidos. A juicio de los miembros de la Junta de Osalde, la intervención de Sara fué muy acertada y expresó con suficiente claridad la complejidad del tema y sus múltiples aspectos legales, éticos, sociales, económicos, etc, algunos de los cuales ha podido experimentar en su experiencia con un tema similar, el de las mujeres donadoras de óvulos. Estos problemas no resueltos y la necesidad de un debate en profundidad, dificultan a ésta Junta desarrollar una opinión cerrada y definitiva sobre un proceso que ya es una realidad en el mercado y que exige algún tipo de salvaguarda de los derechos de las personas mas vulnerables y no sea un recurso desesperado más de la pobreza, como ya lo es en algunos países.