La prevención de las enfermedades según programas de eficacia probada puede ayudar a alcanzar altos niveles de salud.

…. Juan Luis Uría Serrano es el responsable de esta sección en la coordinadora de OSALDE. Osalde ha editado el libro «Introducción a la Antropología de la Salud» Durante los meses de marzo y abril de 2006, OSALDE llevó a cabo un ciclo de talleres y conferencias dirigidas a sus socios/as y sanitarios/as en general, que tenía como objetivo acercar la perspectiva y el trabajo desarrollado en la antropología de la salud y de la medicina al ambito de la sanidad. Varios autores. Editora: Mari Luz Esteban. Tapa blanda: 250 páginas Editor: Osalde (14 de junio de 2007) Idioma: Español ISBN-10: 846117304X ISBN-13: 978-8461173044 Durante los meses de marzo y abril de 2006, la Asociación para la Defensa de la Salud Pública (OP–País Vasco) llevó a cabo un ciclo de talleres y conferencias dirigido a sus socios/as y sanitarios/as en general, que tenía como objetivo acercar la perspectiva y el trabajo desarrollado en la antropología de la salud y de la medicina al ámbito de la sanidad. Los contenidos se dividieron en cuatro sesiones monográficas: introducción general a la antropología de la salud, salud y género, migraciones, y epidemiología y cooperación en salud. Este libro nace de las aportaciones realizadas en el transcurso de estas sesiones, a las que se han añadido dos artículos más, uno sobre atención primaria y otro sobre el campo de las drogas, de modo que en su conjunto ofrezca una panorámica bastante general e introductoria de las contribuciones de la antropología al estudio de la salud. Asimismo, sirve como muestra […]

Consideramos que la cooperación para el desarrollo y la solidaridad dan un sentido de dignidad y de ética a nuestras profesiones sanitarias. La salud, la solidaridad, el desarrollo humano y la cohesión social, junto con servicios de salud públicos, de calidad, científicos, equitativos, culturalmente competentes y accesibles socialmente, pueden garantizar el logro más alto posible de bienestar individual y social. Maite López es la responsable de ésta sección en la Coordinadora de OSALDE.

Estamos por una distribución de los recursos y tecnologías sanitarias disponibles más justa y equitativa, que garantice para todos y para todas, los servicios de salud necesarios. Las desigualdades en salud que ocasionan la actual distribución y uso de los recursos son motivo de pobreza, enfermedades, invalideces y muertes prematuras, prevenibles e innecesarias.

La docencia de pre y de post-grado y la investigación clínica deben ser independientes de la industria privada o, en su caso, financiarse y patrocinarse esencialmente por las entidades públicas. La investigación clínica y la docencia deben estar exentas de conflictos de intereses.

Entendemos que es necesario un uso racional de los medicamentos y otras medidas terapéuticas, así como un uso racional de las ecnologías, y unas relaciones éticas con la industria farmacéutica y de tecnología médica.

Consideramos fundamental la participación del personal sanitario y de la ciudadanía en el “buen gobierno” de los centros sanitarios, así como la transparencia y la democracia en el conjunto de los servicios públicos e instituciones de salud.

Defendemos los servicios públicos de salud; no compartimos las políticas privatizadoras que fragmentan, destruyen, o descapitalizan los servicios públicos. Estamos contra el copago sanitario que grava la enfermedad, perjudica a las personas desfavorecidas, que son quienes más necesidades presentan.

La salud es un derecho, no una mercancía. Es uno de los Derechos Humanos, reconocido por múltiples acuerdos Internacionales, que afecta a las necesidades de la sociedad para propiciar una vida saludable a sus miembros. La salud es de todas las personas, como aparece en la declaración en Alma Ata (1978) Salud para todos en el año 2000 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se establece que  los gobiernos y la comunidad internacional son los responsables de garantizar el derecho de todas las personas a la atención básica de la salud.

Alertamos sobre los riesgos de la medicalización causantes de una importante yatrogenia, del sobrediagnóstico y de la necesidad de modificar la situación actual. Apoyamos la denominada prevención cuaternaria, entendida como un conjunto de actividades que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario. Por ello, estamos por una cultura y una política sanitaria de seguridad del paciente y de la paciente, herederas del principio Primum non nocere –primero no hacer daño– que busque el beneficio del paciente, especialmente del que no pueda valerse por sí mismo, y una mejora de la salud pública. Apostamos, por la equidad y la eficiencia como valores de justicia pero, también la evitación y reparación del daño. Así como la promoción al respeto de la autonomía del paciente que obligue a los sanitarios a una información adecuada de los riesgos de sus intervenciones diagnósticas, terapéuticas, promocionales o preventivas. En definitiva, estamos por una cultura y una actitud acordes con los valores y deberes de “no maleficencia”, “justicia”, «beneficencia” y “respeto a la autonomía del paciente”.