¿Crecimiento o sostenibilidad? Tiempo de repensar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

¿Crecimiento o sostenibilidad? Tiempo de repensar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Dr. Luca Ferrari

por Luca Ferrari

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El 23 de mayo pasado, 100 prominentes científicos de 17 países firmaron una carta abierta a las Naciones Unidas1, en la que afirmaron que el progresivo empeoramiento de crisis ambiental requiere revisar el marco de la cooperación internacional fijada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en vista de su evidente contradicción interna.

Creados en 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas, los ODS han sido promovidos como una guía para la implementación de una agenda transformadora de esta organización, sus agencias y programas, así como las de los países miembros. Los ODS vinieron a sustituir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), instalados en 2001 con una duración de 15 años.

A pesar de que en su informe final, la ONU celebró los resultados de los ODM, estos han sido criticados por haber sido fundamentalmente insuficientes. De hecho, un análisis más riguroso de las estadísticas presentadas para evaluar los resultados de los ODM indica que en 2015 más de la mitad de la población mundial -4000 millones de personas- seguía en pobreza y una cuarta parte padecía hambre, más que en toda la historia de la humanidad2.

Los ODS se propusieron como una agenda más integral, con la que los Estados miembros se comprometieron a garantizar el crecimiento económico sostenido e inclusivo, la protección del medio ambiente y la inclusión social fomentando sociedades pacíficas y justas, a través de una asociación global; sin embargo, a siete años de su adopción, el mismo Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, tuvo que admitir que «el mundo está retrocediendo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible3».

¿Por qué los objetivos de la ONU están fracasando sistemáticamente? La carta abierta de los científicos identifica claramente la causa en «la ideología redundante e inútil del desarrollo sostenible». En efecto, los ODS reproducen la contradicción intrínseca que desde el principio ha sido detectada en este concepto. Por un lado, los objetivos 6, 12, 13, 14 y 15 llaman a la humanidad a lograr la «armonía con la naturaleza» y a proteger el planeta de la degradación; y por el otro, el objetivo 8 pide un crecimiento económico mundial continuo, equivalente a 3% por año, como un método para lograr los objetivos de desarrollo humano.

En la práctica, los ODS asumen que la tecnología y las mejoras en la eficiencia serán suficientes para reconciliar la tensión entre el crecimiento y la sostenibilidad ecológica; sin embargo, varios estudios científicos muestran empíricamente cómo el crecimiento global de 3 % anual hace inviable lograr cualquier reducción en el uso global de recursos y en las emisiones de CO2 lo suficientemente rápido como para mantenerse dentro del presupuesto de carbono para 2°C4,5.

El imperativo del crecimiento económico, explícito en el ODS 8, viola los otros objetivos de sostenibilidad de los ODS, ya que -como le hemos venido explicando en diversas contribuciones de Serendipia- el incremento del Producto Interior Bruto está estrechamente ligado al crecimiento del consumo de energía y, a su vez, al creciente impacto negativo sobre el ambiente6.

El objetivo de alcanzar un crecimiento económico sostenido de 3 %, que es un crecimiento exponencial, choca con los limites materiales y energéticos del planeta. Es una falacia que siguen alimentando la mayoría de los economistas pero que no resiste a un análisis físico riguroso, como se ha demostrado recientemente hasta en la revista Nature7.

 

El encarecimiento de la energía y la creciente escasez de materias primas que empezó en la década pasada son reflejos de un problema estructural que estamos enfrentando; sin embargo, el crecimiento es parte integral del sistema extractivista en que se basa el capitalismo. Un sistema que no solo no pudo mejorar significativamente el bienestar de la mayoría de la población mundial, sino que, al contrario, ha sido el principal responsable del empobrecimiento de muchos países del sur global a lo largo de siglos de colonialismo y neocolonialismo. Incluso, en las últimas décadas, los países del norte global han continuado extrayendo recursos materiales, energéticos y económicos por un valor que se ha cuantificado en 10,8 billones de dólares (trillones de EE.UU.) solo en 2015 -suficiente para acabar con la pobreza extrema 70 veces o equivalente a una cuarta parte del PIB del Norte8-.

Ciertamente para las grandes empresas, el sector financiero, los políticos y los burócratas puede ser conveniente mantener un mensaje optimista de que más tecnología, capital y administración resolverán tanto la pobreza como la destrucción ambiental.; sin embargo, la evidencia de los propios informes de la ONU muestran claramente que no es más que un mito conveniente y que miles de millones de personas estarían mejor atendidas por un análisis más serio del empeoramiento de la situación y la desigualdad del reparto de recursos.

 

Tiempo de repensar los ODS. Como lo concluye la carta abierta a la ONU, «permitir que las comunidades se vuelvan más resilientes a nivel local debe convertirse en un principio central y transversal para la cooperación internacional. La adaptación justa y dirigida localmente a las perturbaciones debe complementarse con intentos de transición a nuevos sistemas socioeconómicos. Eso puede implicar cierta relocalización de las relaciones comerciales y la producción de energía, junto con el decrecimiento equitativo de las economías ricas».

 


1  http://iflas.blogspot.com/2022/05/people-will-suffer-more-if.html

2  Hickel, J. (2016). The true extent of global poverty and hunger: questioning the good news narrative of the Millennium Development Goals. Third World Quarterly, 37(5), 749-767.

3  https://press.un.org/en/2022/sgsm21196.doc.htm

4  Hickel, J. (2019). The contradiction of the sustainable development goals: Growth versus ecology on a finite planet. Sustainable Developement, 27, 873–884.

5  Jackson, T. & Victor, P. A. (2019). Unraveling the claims for (and against) green growth. Science 366, 950–951.

6  https://www.revistaserendipia.com/ciencia/e3-energ%C3%ADa-ecolog%C3%ADa-econom%C3%ADa/la-quimera-del-desacoplamiento-entre-el-crecimiento-econ%C3%B3mico-y-las-emisiones-de-efecto-invernadero/

7  Murphy, T. W. (2022). Limits to economic growth. Nature Physics, 1-4.

8  Hickel, J., Dorninger, C., Wieland, H. & Suwandi, I., (2022). Imperialist appropriation in the world economy: Drain from the global South through unequal exchange, 1990–2015. Global Environ Change 73, 102467.

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