Epidemiología crítica y la salud de los pueblos. Ciencia ética y valiente en una civilización malsana

Fuente: «Nuestro Mundo en Datos» Por: Saloni Dattani Licencia CC

Fuente: Comunidad Autónoma del País Vasco Departamento de Salud

Los ganaderos salmantinos reclaman suavizar los controles sanitarios de tuberculosis bovina. La Junta de Castilla y León del PP y de Vox aprobó una norma para flexibilizarlos, el Gobierno lo impidió y la Justicia le ha dado la razón La tuberculosis ha sido, a lo largo de la historia, una causa de morbimortalidad de enorme magnitud. En los siglos XV y XVI, la gran «peste blanca» era presuntamente responsable de un cuarto de las muertes. Desde 1882, año en que Robert Koch anunció el descubrimiento del bacilo tuberculoso causante de la tuberculosis humana, y especialmente a partir del siglo XX, en los países desarrollados se llevaron a cabo programas eficaces de control de la tuberculosis, logrando reducir enormemente la transmisión por via humana y animal. En la actualidad la tuberculosis se considera un problema de salud pública de primera magnitud, constituyendo la causa de muerte más frecuente por agente infeccioso y representando aproximadamente la cuarta parte de la mortalidad evitable en los países en desarrollo, en donde se registran la gran mayoría de los casos y de los fallecimientos. La mayoría de los casos de tuberculosis humana son causados por la especie bacteriana Mycobacterium tuberculosis transmitida de persona a persona. Aunque la especie humana también puede contagiarse de tuberculosis a partir de las vacas (tuberculosis zoonótica, adquirida a partir de las vacas enfermas de tuberculosis). Una forma de tuberculosis humana causada esencialmente por una especie estrechamente relacionada: Mycobacterium bovis. Los humanos pueden infectarse el ingerir lecha cruda de vacas infectadas […]

Fuente: Covid-19 Evidencias.com Licencia CC Resumen: No hay ninguna evidencia de que la inmunidad adquirida por vacunas sea superior a la adquirida por infección natural, y hay bastante evidencia en sentido contrario, muy a pesar del deseo de nuestras autoridades políticas y sanitaria y de las grandes corporaciones farmacéuticas (Big PharMa). Todo el discurso oficial ha ido en la linea de ignorar y despreciar la contribución de la inmunidad natural innata a la protección frente al SARS-COV- 2. (1) Esto ha sido así a pesar del hecho de que la Covid-19, siendo producida por un virus nuevo, no se mostraba especialmente virulenta para mas del 90-95% de la población. Esto por sí sólo, debería haber hecho reflexionar sobre el papel que la inmunidad natural innata tiene en la protección frente a este virus y, por lo tanto, en la necesidad de preservarla y fortalecerla (evitando por ejemplo crear un estado de estrés crónico en la población ,o promover su la vida en espacios interiores que, entre otros efectos, disminuye la vitamina D y deteriora la salud general). Esta devaluación interesada del carácter decisivo de la inmunidad natural innata, de la que la inmunidad adquirida es un complemento -y no al contrario-, sirvió y sirve para crear una sensación de desvalimiento en la ciudadanía. A esto se añade la difusión de la idea -también falsa-, de que hasta que no tuviéramos una solución técnico-médica (ya fuera vacunas, principalmente, o fármacos en algún sentido más genera) TODOS, sin distinción, estaríamos en peligro […]

Fuente: La Comisión Lancet sobre las lecciones para el futuro de la pandemia de COVID-19

Fuente: theconversation.com po Antonio G. Pisabarro   Catedrático de Microbiología, Departamento de Ciencias de la Salud, Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada, Universidad Pública de Navarra