Antivacunas serbios reviven “Danza Macabra” medieval, mientras aumentan muertes por pandemia

Antivacunas serbios reviven “Danza Macabra” medieval, mientras aumentan muertes por pandemia

Fuente: GlobalVoices.org (Licencia CC) Escrito por Filip Stojanovski Traducido porMarta Capua 

Puede parecer extraño ver una multitud que hace un baile folclórico en un país donde han muerto más de 6000 personas desde el brote de la pandemia de COVID-19, sobre todo cuando mueren más de 30 compatriotas suyos cada día. Sin embargo, esto ha ocurrido tan a menudo en Serbia que incluso tiene su propio nombre: “Kovid Kolo” o “Baile en ronda de COVID”.

¡Una vez más, bailan la danza en círculo de COVID cerca del monumento!

Un tema clave en la sociedad serbia desde el comienzo de la pandemia de COVID-19 ha sido la falta de respeto por las medidas de prevención relacionadas con las fiestas y las discotecas, y los bailes populares públicos como forma de escapismo o desafío a las restricciones llevaron esta cuestión a un nivel completamente nuevo.

Este comportamiento tiene precedentes. La historia europea ha registrado toda una serie de respuestas irracionales a las pandemias que han asolado el continente en los últimos dos milenios, de la represión como chivos expiatorios de miembros “indeseables” de la sociedad, como la caza de brujas y los pogromos antisemitas, hasta la ruptura del tejido social y la caída de imperios. Por ejemplo, la pandemia de Peste Negra (1346-1353) fue la responsable de la desintegración del Imperio Mongol, que se extendía de China hasta Europa Central, y del debilitamiento de los Estados medievales balcánicos hasta que fueron presa fácil de los otomanos.

Tal y como el escritor italiano Giovanni Boccaccio (1313-1375) atestiguó en su colección de cuento El Decamerón, aún muy leída, los ciudadanos del estado-ciudad de Florencia reaccionaron ante la peste de maneras distintas. Aunque no tenían ni idea de la existencia de bacterias ni virus, muchos actuaron basándose en la intuición de que el contacto con personas o cadáveres infectados propagaba la infección. Por eso, instituyeron el distanciamiento social y la cuarentena, se encerraron en casa o huyeron de la ciudad a fincas de campo.

Sin embargo, el prólogo del Decamerón también habla de una respuesta muy diferente a la epidemia:

…Otros, que se inclinaban por la opinión contraria, sostenían que divertirse y alegrarse y andar cantando y retozando y satisfacer el apetito en todo lo posible y reírse y burlarse de lo que ocurriera era un remedio muy seguro para tal enfermedad…

Ese tipo de comportamiento podría haber contribuido al desarrollo de una corriente artística en la que las representaciones de la Danza Macabra, o de la Muerte, se utilizaban come alegorías sobre la universalidad de la muerte: “No importa la posición de uno en la vida, la Danza Macabra une a todos”.

La representación de la danza de la muerte, en la que reyes y mendigos, obispos y niños, hombres y mujeres están unidos bailando en círculo, de la mano en representaciones de la Muerte (generalmente esqueletos) salpicó las iglesias de toda Europa durante la baja Edad Media. Servían como recordatorio de que todos son mortales y de apoyar a la Iglesia en su preparación para la inevitable vida después de la muerte.

Danza de los fantasmas ejecutada por los ogalala lakota en Pine Ridge. Ilustración por el artista occidental Frederic Remington, 1890. Foto de dominio público vía Wikipedia.

Otro ejemplo histórico de danza como una “solución” a los problemas abrumadores es la Danza del Fantasma de 1890 practicada por algunos pueblos nativos de Norteamérica, confinados en reservas después de que Estados Unidos conquistó sus territorios.

Los danzantes creían que bailar en círculo los reconectaría con sus muertos, les devolvería su antigua fuente de alimento principal, el casi exterminado bisonte americano, además de hacerlos invulnerables, y les devolvería la libertad y la paz. Este nuevo movimiento religioso predicaba la no violencia, pero las autoridades lo consideraron subversivo y peligroso, por lo que el Ejército de Estados unidos lo reprimió mediante la breve Guerra del Baile del Fantasma.

Danza como negación de la realidad contemporánea

Volviendo a la Serbia moderna, el primer caso de la versión moderna de “Kovid Kolo” o “Baile Circular de Covid” se registró el 20 marzo de 2021 cuando cientos de personas se reunieron en el centro de Belgrado para bailar alrededor de un nuevo monumento al rey medieval, Esteban Nemanja. Se anunció como parte de una serie de protestas contra el confinamiento en toda Europa, que incluyó una violenta manifestación en Kassel, Alemania.

El monumento pretende simbolizar el poder del Estado y las tradiciones serbias, y fue inaugurado en presencia del presidente serbio, Aleksandar Vučić, el 21 de enero en medio de una gran polémica.

En una columna del periódico Danas del 27 de marzo, el periodista Zoran Panović señaló que la Policía no solo toleró el baile folclórico, sino que tampoco identificó a quienes organizaron la logística, como el funcionamiento del potente sistema de sonido.

La grabación del segundo caso de “Kovid kolo” presenta una canción folclórica recién acuñada, “Vakcina”, parodia supuestamente satírica de un grupo musical llamado Goci Bend de Foča, en Bosnia y Herzegovina. La canción tiene más de seis millones de visitas en YouTube y ha aparecido en programas de televisión en Serbia.

El 30 de marzo, un video de jóvenes identificados como “estudiantes” bailan la danza circular en un paso subterráneo de Belgrado provocó la indignación de algunos medios serbios y en redes sociales, pero también expresiones de apoyo de los antivacunas.

El periódico Blic informó que mientras Belgrado era el foco de infección del virus en Serbia, los “estudiantes bailaban alegremente la danza en círculo en el cuello de botella de un paso subterráneo frecuentado por varias decenas de miles de habitantes de Belgrado, sin máscaras, sin distanciarse, cantando a viva voz”:

Gara no se vacunará,
no confía en la medicina mundial,
Gara no se vacunará,
prefiere conseguir una botella [de alcohol] en Sokolac.

Las posturas contrarias a la vacunación son fuertes entre los universitarios serbios. Por ejemplo, las autoridades de la ciudad de Kragujevac se alarmaron porque ningún estudiante acudió a vacunarse a la clínica universitaria en marzo. Por otro lado, la Policía tuvo que intervenir en la Universidad de Belgrado para disolver una fiesta al aire libre organizada en torno a la proyección de un partido de fútbol con un proyector de video.

El 26 de marzo, el doctor Miroslav Todorović publicó una respuesta ampliamente mencionada a esos acontecimientos y se dirigió a sus colegas:

Estimados colegas médicos y otros trabajadores de la salud:

Quiero expresarles mi apoyo a sus esfuerzos para luchar contra el coronavirus. Quisiera de verdad unirme a ustedes en esta lucha, pero mi avanzada edad de 87 años me lo impide.

Me horroriza lo que ocurrió el 20 de marzo, cuando bajo el lema “Movimiento popular mundial contra la dictadura de COVID-19″, un grupo de ciudadanos, sin mascarillas, se reunió en la plaza Sava, frente al monumento de Esteban Nemanja. Actuaron como si no comprendieran la gravedad de la situación epidemiológica que sitúa a Serbia en el quinto lugar por número de contagiados y fallecidos. Y festejaron con alegría. Incluso bailaron la danza en círculo alrededor del monumento de Nemanja.

Ninguno de los presentes tuvo en cuenta que su reunión creaba un nuevo foco de propagación de infecciones por coronavirus.

Estimados colegas, por favor, no permitan que esas personas tan irresponsables e inconscientes hagna tambalear su decisión de seguir con sus nobles y responsables trabajos destinado a salvar vidas. La “danza circular de COVID” es una bofetada a la profesión médica, y hasta ha tenido el apoyo de las autoridades, en lugar de mostrar apoyo a los profesionales médicos.

Sé muy bien, queridos colegas, lo mucho que se esfuerzan en su trabajo. Y cuántos días y noches han pasado sin dormir a lado de las camas de sus pacientes. Lo sé muy bien, yo también pasé días y noches sin dormi como parte de un equipo de médicos encargados de la vacunación de personas que entraban a Belgrado, durante el mortal brote de viruela de 1972.

No deben rendiros ahora, cuando son nuestra única esperanza y barrera que nos protege de COVID-19.

¡Estoy muy orgulloso de ustedes, honran nuestra profesión!

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