Fuente: Marciano Sanchez Bayle. FADSP
El próximo 23 de julio la ciudadanía está de nuevo convocada a las urnas en unas elecciones generales, en plena temporada estival, y que se adelantan 5 meses sobre el plazo previsto.
Hay que ser conscientes de la situación crítica en la que se encuentra nuestro sistema sanitario, y de la importancia que tienen las próximas elecciones para el futuro del mismo, porque, aunque los temas relacionados con la sanidad y la salud tienen poco protagonismo en las campañas electorales, sin embargo, están muy influidos por sus resultados.
Durante años los gobiernos del PP se han dedicado a recortar, deteriorar, desmantelar y privatizar la Sanidad Pública, y el último gobierno, no ha realizado avances significativos para paliar esta situación, a pesar de las promesas realizadas, con lo que los problemas se han ido cronificando. Por lo tanto, se precisa para garantizar la Sanidad Pública, adoptar de manera urgente las siguientes medidas que no pueden postergarse más.
Financiación suficiente y finalista
La Sanidad Pública precisa de una financiación suficiente para recuperarse de los problemas generados por la etapa de brutales recortes de la crisis anterior y la pandemia. Consideramos que la financiación pública debería situarse al menos en el 8% del PIB. Por otro lado, habría que acabar con la gran variabilidad de los presupuestos per cápita existentes en este momento entre las CCAA. Por ello, creemos que la financiación sanitaria debería ser finalista e ir ligada al cumplimiento de los objetivos del Plan Integrado de Salud que tendría que aprobarse de manera urgente, también como un instrumento de cohesión y coordinación entre los distintos territorios.
Acabar con las exclusiones
El RDL 16/2012 estableció importantes exclusiones en el acceso al sistema sanitario, tanto en razón de la situación, regularizada o no en nuestro país, como con otros criterios todos ellos inadmisibles. El RDL 7/2018 de Sanidad Universal palió en parte esta situación, pero todavía siguen produciéndose numerosos problemas por una interpretación cicatera de CCAA que plantean problemas importantes que limitan el acceso a la atención sanitaria. Por ello, entendemos que es importante garantizar la atención sanitaria a todas las personas que se encuentren en el país.
Parar privatizaciones y recuperar lo privatizado
Pese a que existe una cierta imagen pública de que se logró paralizar la ofensiva privatizadora de la Sanidad, la realidad es que no ha sucedido así y si bien es cierto que se lograron detener algunas iniciativas privatizadoras en lugares concretos, no lo es menos que se ha continuado el proceso privatizador, en general con medidas menos llamativas y mas silenciosas, y que la pandemia se aprovechó para profundizarla en algunas CCAA. La evaluación de este proceso es contundente, se aumentó el coste de los servicios, se favoreció la corrupción y no se mejoró la atención sanitaria. Por todo ello, es urgente, primero paralizar las privatizaciones y luego recuperar lo privatizado para lo que, como se ha comprobado, lo fundamental es la decidida voluntad política para realizarlo.
Utilización intensiva recursos públicos
El proceso privatizador ha ido paralelo a una subutilización sistemática de los recursos de la Sanidad Pública que se han ido deteriorando de una manera intencionada, por eso es importante garantizar la utilización intensiva de los grandes recursos tecnológicos e infraestructuras de la Sanidad Pública, para lo que obviamente se requiere un aumento significativo del empleo en el sector, ampliando de manera significativa los efectivos y el papel de la enfermería en la Sanidad Pública.
Control y racionalización gasto farmacéutico
El gasto farmacéutico financiado con recursos públicos no ha cesado de incrementarse en estos años (47,01% de aumento en el gasto total entre 2014-2022 y 76,51% en el gasto hospitalario), favorecido por un pacto con Farmaindustria que le garantiza a esta un crecimiento del gasto en paralelo con el PIB, poniendo en grave riesgo la sostenibilidad del sistema sanitario. Hay, además, una utilización poco racional de los medicamentos y una poderosa influencia de la industria en aspectos clave como el de la formación continuada de los profesionales. Entendemos que hay que garantizar un crecimiento del gasto farmacéutico por debajo del aumento de los presupuestos sanitarios, racionalizar la utilización y poner freno a las políticas abusivas de la industria (desabastecimientos, precios, etc.), propiciar una industria farmacéutica pública y establecer criterios y estándares de conducta del sistema sanitario que pongan fin a los actuales conflictos de interés.
Controlar la sobreutilización
La sobreutilización no se produce solo en la farmacia sino en casi todos los aspectos relacionados con las tecnologías sanitarias (se considera que en torno al 30% de las actuaciones en este ámbito no están justificadas). Es necesaria una activa intervención para mejorar la utilización y reducir la variabilidad, intervenciones que sobre todo deben tener un entorno de cambio en la cultura profesional, potenciado instrumentos como la evidencia científica y la seguridad de los pacientes.
Potenciar la Atención Primaria
La Atención Primaria tiene que se ser la clave y la base de todo el sistema sanitario. La AP es el nivel con capacidad desarrollar las actividades de promoción y prevenir de la salud (adelantándose el daño que supone la enfermedad); facilitar el acceso de la población al Sistema en condiciones de equidad; realizar la asignación racional y eficiente de los recursos (en base a las necesidades de las personas); garantizar la continuidad a los cuidados de salud a lo largo de todas las etapas vitales; permitir la participación social en la planificación y control des sistema sanitario. Por ello entendemos que es fundamental su potenciación, garantizando la atención en un máximo de 48 horas y de manera presencial cuando así los soliciten los usuarios, para lo que es necesario dotarla del presupuesto suficiente (25% del gasto sanitario público) y de las plantillas profesionales que lo hagan posible.
La política de personal es una de las claves del sistema sanitario y ha sido sistemáticamente abandonada en estos años en los que el personal sanitario es quien ha sufrido especialmente los recortes (menos personal, peores condiciones laborales, etc.). Hace falta una nueva política que garantice unas condiciones laborales dignas, potencie la adherencia de los profesionales al servicio público (dedicación exclusiva) y asegure una formación continuada independiente de los intereses comerciales.
Dar protagonismo a la Salud Pública
La Salud Pública (SP) esta postergada en nuestro sistema sanitario, porque, aunque existe una Ley General de Salud Pública (33/2011), esta no se ha desarrollado en todos estos años y hay una gran desconexión con entre la Salud Pública y el sistema asistencial, como se demostró en la pandemia. Necesitamos potenciar la Salud Pública haciendo efectiva la Ley, poner en marcha la Agencia de Salud Pública y aprobar el Plan Integrado de Salud y favoreciendo la relación entre AP y SP.
Desarrollar mecanismos efectivos de participación social y profesional
La Sanidad Pública es propiedad de la ciudadanía y por eso parece necesario que exista la capacidad de quienes mantenemos el sistema con nuestros impuestos de hacer seguimiento, ser escuchados y participar en las tomas de decisiones del sistema sanitario, es decir de participar para la gestión de lo que es de todos/as, la Sanidad Pública.
Nuestro voto, el de todos y todas, va a ser fundamental, porque a la postre en estas elecciones se dilucida si se impone el bipartito neoliberal de ultraderecha con sus propuestas de continuar los recortes, el desmantelamiento y la privatización de la Sanidad Pública, o una concepción mas social de nuestro país que profundice y recupere unos servicios públicos de calidad para todas las personas.
Es posible que podamos pensar, y con razón, que los partidos que sustentan el gobierno no hayan hecho bien algunas cosas, pero es evidente que su alternativa solo ofrece en cuanto a la política sanitaria un mayor deterioro, desmantelamiento y privatización de la Sanidad Pública, por eso es tan importante votar, porque de no hacerlo estaremos favoreciendo un escenario de empeoramiento significativo del sistema sanitario público.
Por eso es sumamente importante ir a votar, para que nadie decida por nosotros. Así como para votar por aquellos partidos que se proponen recuperar, promover y consolidar una Sanidad Pública de calidad, universal, gratuita en el momento del uso, basada en la Atención Primaria y la provisión pública.