Violencia hacia las mujeres: Lo recibido y lo obligado a dar

Violencia hacia las mujeres: Lo recibido y lo obligado a dar

por Itziar Cabieces, Psicóloga clínica de Osalde

Lo que impide nacer por ser niña.

Lo que no se recibe en la alimentación, en el apego, en educación para la libertad, en integridad sexual y física.

Lo que obliga a renunciar, a dar la infancia, la vida, a someterse.

Lo que las creencias y las normas obligan a ser vendida, casada en la infancia, prostituida, violentada en el matrimonio, a perder la vida en el parto, a la violencia sexual del entorno, a someterse a una apariencia de ser en función del interés masculino, o a dejar de ser, de existir.

En la violencia ideológica, tan dañina como la directa, se nos acaba de comunicar, en nuestro propio medio, por representantes políticos recién llegados a la cultura/cultivo del conocimiento, en la pretensión de guiarnos, sobre que ‘en caso de violación sexual se incida sobre el haber tomado alcohol’…presentando la carga de prueba, «el culpable» de esa violencia desatada: el CH3-CH2- Oh (se escapa un lamento…)  Lamentable.

Hombres y mujeres del MUNDO, tomamos alcohol , estamos en la calle, tenemos relaciones personales y sociales, aún en la intimidad, cada día  de cada año, no convirtiéndose en violencia…En el trabajo de 4 décadas en un Centro de Salud, en una misma población, puedo afirmar, se observa hombres y en menor medida mujeres con dependencia fuerte al alcohol, con una respuesta en la mayoría de los casos, ni agresiva ni violentadora… Es un desinhibidor, pero la responsabilidad de las respuestas bajo el alcohol depende del cultivo en la persona, del arraigo de valores, en cómo se «familiariza” cada persona – ‘un semáforo rojo’- con la agresión, con la imposición, con la utilización, con la anulación de las demás. Cómo se conduce para la agresión o la perversión sexista.

Una persona alcohólica, hombre o mujer, se para, utilizando este símil ciudadano, en un ‘SEMÁFORO ROJO’. En nuestra cultura, tendente a significar al alcohol como responsable de la violencia sexual, los varones o mujeres supremacistas, machistas, incultas en cuanto al análisis y la historia de las mujeres, del comportamiento, de una ética del siglo XXI para la libertad común, pretenden apostar a que ‘fallaría el tendido eléctrico del semáforo, no había semáforo, no funcionaba el limpia parabrisas y no se ha visto el semáforo’…

Dicen que somos el único sistema animal capaz de autoengañarnos, inventando creencias, incluso negando luego lo inventado, que ayudan a la capacidad de destruir a otras personas, a otras mujeres en la perspectiva de recordar este 25 de noviembre. 

En Nueva York, comentan, existe una jaula específica en el zoo, para primates, con un espejo en el que cada cual se refleja, y un letrero inferior: «el primate más peligroso del planeta», aludiendo expresamente a que » el hombre es el animal que ha matado a más especies». Este hombre+ignorante+violento (una especie de ‘Tarzán de los monos’ o así) o sin semáforo para el deseo+violento (perverso), caza dentro y fuera de la especie, con engaño o a la fuerza,  ‘creando mundos’  externos o internos para su dominio: (sexismo ,es una construcción; racismo-la raza científicamente no existe; y como dice un cantor: ‘yo no soy de aquí, pero tú tampoco’ ). Una forma destructiva de estar en el mundo.

Una ideología, unas creencias destructoras o aliadas de la violencia de los hombres, una transgresión a la vida, a la vida de nosotras las mujeres, que justifica o mistifica – el mito del alcohol como desencadenante de la agresión sexual-y que tiene ya un nombre: ‘violencia ideológica’ sirviendo para desconocer activamente el origen del comportamiento, evitar que se nombren las cosas como son, y que buscan reducir/ negar/ legitimar la importancia de la violencia/ agresión/ autopermitida o bendecida por la cultura violenta.

Las mujeres somos merecedoras de aprecio, respeto e igualdad frente al abuso y la agresión de los hombres, en el mundo.

En el mundo hoy:

«La violencia sexual es un arma de guerra en los conflictos… una afirmación violenta del poder no es un acto efímero, aislado. Daña la carne y permanece grabado en la memoria…Conlleva efectos que se trasladan a familia, pareja, amigas, colegas… y en situación de conflicto como de paz empuja a las mujeres a huir del hogar …se incrementan a veces los riesgos…

No huir …las jóvenes casadas, o en los campos de refugiados… incrementa la situación de violencia a la que no pueden escapar.

En la mayor parte de países las adolescentes son las más expuestas a los riesgos de la violencia sexual del marido, pareja, amigo actual o antiguo. Millones de mujeres no tienen seguridad en sus casas.

De manera casi universal la mayor parte de los autores no son denunciados o permanecen impunes. Si se señala el acto de violencia deben pasar una verdadera prueba…en muchos países saben que serán difamadas en un grado que ni pueden pensar, y hacer frente a una vergüenza injustificada. Todo ello tiende a sofocar la voz de las mujeres arrastrando la impunidad persistente de los autores. Menos de un 10% de las adolescentes buscan la ayuda policial tras haber sido víctimas.

Más de la mitad de los países no han reconocido leyes que explícitamente reconozcan la violencia conyugal como delito, o que estén fundadas sobre el principio del consentimiento.

Los progresos sobre la erradicación de esta violencia exigen igualmente revertir los numerosos obstáculos institucionales y estructurales y que luchemos eficazmente contra los sistemas patriarcales y los estereotipos negativos sobre el género que existen en las instituciones de seguridad, de policía, y judiciales, así como en las otras instituciones.

Los que utilizan la violencia sexual como un arma saben perfectamente hasta qué punto traumatiza y reprime la voz y la acción…

¡Somos la Generación de la Igualdad y pondremos fin a la violencia sexual! 18.noviembre 2019. 

Phumzile Mlambo-Ngcuka. Secretaria General Adjunta de la ONU. Directora ejecutiva para la Igualdad de Género.

Gracias, Phumzile y todas las personas que luchan cada día contra la Violencia hacia las mujeres, en cualquiera de sus formas.

Itziar Cabieces Ibarrondo. OSALDE.

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