¿Vacas tuberculosas? No, gracias!
Los ganaderos salmantinos reclaman suavizar los controles sanitarios de tuberculosis bovina. La Junta de Castilla y León del PP y de Vox aprobó una norma para flexibilizarlos, el Gobierno lo impidió y la Justicia le ha dado la razón
La tuberculosis ha sido, a lo largo de la historia, una causa de morbimortalidad de enorme magnitud. En los siglos XV y XVI, la gran «peste blanca» era presuntamente responsable de un cuarto de las muertes. Desde 1882, año en que Robert Koch anunció el descubrimiento del bacilo tuberculoso causante de la tuberculosis humana, y especialmente a partir del siglo XX, en los países desarrollados se llevaron a cabo programas eficaces de control de la tuberculosis, logrando reducir enormemente la transmisión por via humana y animal.
En la actualidad la tuberculosis se considera un problema de salud pública de primera magnitud, constituyendo la causa de muerte más frecuente por agente infeccioso y representando aproximadamente la cuarta parte de la mortalidad evitable en los países en desarrollo, en donde se registran la gran mayoría de los casos y de los fallecimientos.
La mayoría de los casos de tuberculosis humana son causados por la especie bacteriana Mycobacterium tuberculosis transmitida de persona a persona. Aunque la especie humana también puede contagiarse de tuberculosis a partir de las vacas (tuberculosis zoonótica, adquirida a partir de las vacas enfermas de tuberculosis). Una forma de tuberculosis humana causada esencialmente por una especie estrechamente relacionada: Mycobacterium bovis. Los humanos pueden infectarse el ingerir lecha cruda de vacas infectadas o a través del contacto con tejidos infectados en mataderos o carnicerías.
La tuberculosis bovina está presente en el mundo entero, pero en los países desarrollados se ha reducido o eliminado la tuberculosis bovina en su población ganadera y han mantenido la enfermedad humana con bajas prevalencias mediante el control epidemiológico del ganado.
La principal fuente de infección es un bovino enfermo, un portador o un reservorio (ecológico o epidemiológico), que puede transmitir la infección a otros bovinos, al hombre y a muchas otras especies de mamíferos, mediante la excreción de las secreciones respiratorias, las heces o la leche, a través de un contacto directo o por ingestión de leche, agua o alimentos contaminados.
La transmisión de M. bovis al ser humano ocurre por la ingestión de leche no pasteurizada o derivados lácteos crudos, la inhalación por vía aerógena, ya sea a través del contacto con animales enfermos o aerosoles producidos en plantas de beneficio. Por este motivo, la tuberculosis es una enfermedad de riesgo profesional para trabajadores rurales, ganaderos, veterinarios trabajadores de la industria frigorífica, de laboratorios clínicos incluso para los carniceros.
La prevalencia de la tuberculosis bovina bajó en España desde el 12% del ganado infectado en los años 80 al 2,32% en el año 2017, siendo Galicia la región con prevalencia más baja de toda la España peninsular, con un 0,02%. Canarias es la única región libre de la enfermedad, un estatuto al que también aspira Galicia.
Sin embargo, en comunidades como Andalucía, Castilla La Mancha o Extremadura ronda el 10% (hasta 500 veces más que la prevalencia de Galicia).
¿Porqué algunas vacas sacrificadas son negativas?
Una vez que la tuberculosis entra en una explotación es muy difícil de erradicar, existiendo un alto riesgo de reinfestación, por lo que la solución más eficaz es el vaciado sanitario. En este sentido, una queja común de los ganaderos afectados por un sacrificio de ganado por tuberculosis es que luego las pruebas en cultivo pueden dar negativo. Esto se debe a diversas circunstancias: Si el cultivo es positivo sabemos que la explotación estaba infectada pero si es negativo no podemos descartar la infección; Muchos animales infectados no presentan lesiones (las reses pueden tardar años en desarrollar lesiones), el cultivo en laboratorio de las muestras del animal es muy difícil y por el lento crecimiento de las micobacterias (mínimo 45 días). Pueden existir lesiones en órganos que no son objeto de muestreo. La carga bacteriana puede ser baja
La infección puede ser debida a cepas de crecimiento lento.
PROGRAMA NACIONAL DE ERRADICACION DE TUBERCULOSIS BOVINA 2023