Muchas personas que necesitan el apoyo de educación, salud o servicios de atención social están sujetos a prácticas coercitivas o restrictivas. A pesar de la falta de evidencia de que estas prácticas logren resultados positivos para los usuarios o el personal del servicio, su uso sigue siendo una realidad. Las medidas coercitivas son intervenciones dirigidas principalmente a mantener el control de la situación y garantizar la seguridad tanto del paciente como del entorno, pero resultan restrictivas en cuanto a que suponen una importante privación de la autonomía y voluntad de la persona, además de posibles consecuencias negativas. Engloban intervenciones como el aislamiento terapéutico, la contención mecánica, la contención física y en algunos casos la contención farmacológica.