Joan Tubau, director general de MSF, hace un repaso a Yemen, Siria, Irak, Bangladesh o la crisis de refugiados del Mediterráneo y Libia. Son los conflictos más graves de 2017. Fuente: msf.es Los conflictos y otras situaciones de violencia son cada vez más graves y complejos, lo que nos plantea a las ONG mayores retos para llegar a las víctimas. Además, en 2017, hemos visto cómo se agravaban muchas crisis por una clara dejación de responsabilidad de los Estados y por un vacío de actores humanitarios. El Derecho Internacional Humanitario en las zonas de conflicto y el Derecho de Asilo en los lugares de llegada son los dos principios fundamentales acordados después de la Segunda Guerra Mundial que rigen la labor humanitaria y la protección de los civiles. Ambos están siendo profundamente erosionados e ignorados y entre los responsables de este hundimiento moral de consecuencias letales están los arquitectos originales de estas normas, incluidos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. YEMEN Yemen es un claro ejemplo de lo que hablamos: una crisis compleja a la que no se da una respuesta adecuada, con diversos actores enfrentados y con la intervención de grandes potencias extranjeras. Las dificultades para acceder a la población son cada vez mayores y el sistema de salud se ha colapsado por completo. Esta situación ha provocado la propagación de enfermedades como el cólera, con casi un millón de personas afectadas, y la difteria, que llevaba 25 años erradicada en el país. A día de hoy, más de la mitad de las instalaciones médicas que había antes de la […]