SIAP COVID19: Posicionamiento en contra de los pasaportes y vacunas obligatorias
Fuente: Sergio Minué en Gerente de Mediado 12 agosto 2021
Los Seminarios de Innovación en Atención Primaria (SIAP) , iniciativa insólita para la reflexión y el aprendizaje colectivo liderada desde su inicio en 2005 por Juan Gervas y Mercedes Pérez Fernández, inición al comenzar la pandemia un Seminario especial, virtual, sobre la Covid-19, con el objetivo de compartir conocimiento y analizar y debatir las alternativas para su abordaje. Las personas que han participado en dicho Seminario han escrito su Posicionamiento sobre la obligatoriedad de vacunas y pasaportes que se reproduce a continuación:
Las personas tenemos sensibilidades, experiencias y comprensiones muy diferentes respecto del sentido de nuestra vida, en general, y del modo de entender la salud, en particular. Las falsas dicotomías surgidas alrededor de la pandemia de covid19 han polarizado el debate y simplificado cuestiones complejas al obviar los matices, la escala de grises, que les acompañan (aquí). Seguir este camino solo nos lleva al deterioro de las relaciones sociales.
Para afrontar colectivamente de la mejor manera los desafíos globales ante los que nos sitúa la pandemia de covid19 necesitamos debates abiertos e inclusivos y no paripés mediáticos de supuestos expertos alineados en una única visión reduccionista, utilitarista, tecnocrática e infantilizadora.
La salida de la pandemia no debería centrarse exclusivamente en las vacunas sino en la co-creación colectiva de entornos de cuidado y el diálogo para el mantenimiento de la cohesión social. En este momento de la pandemia, la participación social, el debate no polarizante y la comunicación empática permitirán, sin duda, mejores resultados que las imposiciones. Además, la obligatoriedad de una medida por parte de la autoridad, cuando se hace con escaso respaldo en pruebas, suele activar la rebeldía (con o sin causa) de parte de la población, lo que reduce, sin duda, la efectividad de tal medida.
Los más de 300 profesionales sanitarios y no sanitarios participantes desde marzo de 2020 en el Seminario de Innovación en Atención Primaria dedicado a la covid19 (aquí) estamos muy preocupados por la deriva autoritaria de muchos gobiernos de todo el mundo, pero especialmente de los europeos, en las medidas adoptadas en el contexto de la pandemia covid19. Especialmente nos preocupan la implantación del llamado «certificado» o «pasaporte» covid19 y la obligatoriedad de la vacunación.
Como profesionales, queremos aportar hechos y sosiego para un debate científico y ético que consideramos prácticamente ausente en el momento actual.
España se ha caracterizado por la adhesión a los calendarios de vacunaciones y a todas las recomendaciones sanitarias en mayor grado que otros países como demuestran:
1/ el hecho de que seamos líderes en la Unión Europea en vacunación contra la covid19;
2/ el que una vez retirada la obligatoriedad del uso de la mascarilla en exteriores, muchos ciudadanos continúan llevándola a pesar de mantener la distancia de seguridad, y
3/ el hecho de que ha sido ejemplar la adhesión de la mayoría de la ciudadanía a confinamientos, toques de queda, cierres perimetrales y demás medidas no farmacológicas pese a la más que dudosa eficacia de muchas de ellas en frenar de forma efectiva la diseminación del virus.
Pese a todo ello, vemos atónitos que se plantea la obligatoriedad de la vacunación y se implementa un «pasaporte» o «certificado» para poder acceder al ocio o a la restauración y que, nos tememos, se amplíe al acceso a la educación, al trabajo y a la libre circulación y desplazamientos. Contemplamos con temor la práctica ausencia de debate y la imposición de un planteamiento único que juega con el miedo, los sentimientos de culpa y las medias verdades para imponer el uso de dicho «certificado» o «pasaporte» y, quizá, la vacunación obligatoria.
El propio concepto de «pasaporte» o «certificado» nos parece peligroso porque fomenta la discriminación de las personas sin aportar claros beneficios. Las consideraciones éticas en contra de su implantación ya fueron discutidas en el seno de este Seminario (aquí) y alguna sentencia judicial en contra de exigirlo para el ocio nos da la razón (aquí).
Ahora, contemplamos con estupor cómo la exigencia de este «pasaporte» se une a la exigencia vacunal, incluso para concursar a puestos de trabajo en la Administración Pública (aquí). Deseamos que la denuncia por discriminación interpuesta por el sindicato CCOO en éste caso concreto llegue a buen puerto porque este tipo de exigencias suponen una discriminación desde la ética y, además, carecen de soporte científico puesto que las vacunas hoy disponibles no evitan totalmente la enfermedad ni, sobre todo, reducen suficientemente la circulación del virus.
Hablamos de vacunas que ni siquiera están definitivamente aprobadas por las agencias reguladoras, sólo han sido provisionalmente aprobadas «de urgencia» dada la situación de emergencia pandémica. Vacunas lastradas por una falta de transparencia desde el inicio de su andadura, y que persiste en la actualidad (aquí). Se trata de vacunas que, lamentablemente, no evitan suficientemente la transmisión del virus, especialmente en el caso de la variante delta, actualmente la más frecuente en España. Es decir, las personas vacunadas son capaces de transmitir, de contagiar, el virus ,en muchos casos en la misma medida que las no vacunadas, motivo por el cual los CDC de EEUU han cambiado recientemente su política, instando a los vacunados a tomar exactamente las mismas medidas de seguridad que los no vacunados (aquí).
Se plantea ya, por políticos e industrias con intereses, una tercera dosis aún en contra del criterio tanto de la OMS como de las agencias reguladoras (aquí). Se plantea vacunar a preadolescentes, incluso a la infancia, que tienen una incidencia mínima de covid19 grave o persistente, con una vacuna que, probablemente, proporcione menor inmunidad duradera que la propia infección natural. Es decir, se plantea vacunar a una población, infantil y adolescente, en la que el balance beneficio-riesgo de la vacunación es, probablemente, inferior al de la infección natural. Se dice, además, que la vacunación es la única manera de llegar a la inmunidad de rebaño o colectiva, algo imposible de alcanzar con una vacuna que no evita suficientemente ni la reinfección sintomática ni, muchísimo menos, la transmisión o contagio del virus por parte de los vacunados (aquí).
Por todo lo expuesto, por ética y por ciencia, nos posicionamos en contra del uso del «pasaporte» o «certificado» covid19 y de la vacunación obligatoria y nos gustaría promover con este comunicado el debate sereno y profundo sobre estas cuestiones, abierto a profesionales, expertos, autoridades y población general.