Sara Ibáñez: “Empecé a dudar de Petronor cuando tuve dos abortos”

Sara Ibáñez: “Empecé a dudar de Petronor cuando tuve dos abortos”

Fuente: Hordago elsaltodiario.com Sara Ibáñez: “Empecé a dudar de Petronor cuando tuve dos abortos” GESSAMÍ FORNER 2019-04-25

Sara Ibáñez es una de las caras visibles de Meatzaldea, la plataforma contra la planta de coque de la refinería Petronor de Muskiz (Bizkaia). Lleva tres años jubilada del centro de planificación familiar de Ortuella, donde ejerció durante 35 años como médica obstetra. Empezó militando en el movimiento feminista y en partidos políticos. Ser vecina de la refinería Petronor la llevó al ecologismo.

Desde tu casa se ve la refinería.

En Bizkaia estamos acostumbrados a vivir al lado de fábricas, pero no somos conscientes de lo que supone para la salud. Cuando vinimos aquí, pensaba que una refinería estaría controlada y sería segura, pero empecé a dudar cuando tuve dos abortos y en uno de ellos, en 1992, la matrona me avisó de que todas las mujeres que estábamos embarazadas del mismo tiempo abortamos. La causa-efecto no se puede encontrar, pero, después de 35 años controlando la salud de las mujeres de la comarca, siempre he tenido la impresión, o incluso los datos, de que tenemos más problemas de salud, tanto en el embarazo como en la salud ginecológica y peores resultados en el peso de los recién nacidos.

¿La refinería ha afectado en algo más a tu familia?

Entre 2001 y 2002 hubo dos accidentes importantes. En la ikastola celebrábamos la fiesta de final de curso cuando empezó a salir humo negro de una de las chimeneas y, luego, hubo un incendio. Veíamos cómo ardía y los padres que trabajaban en Petronor dijeron que era grave.

¿Y en 2002?

Mi hija jugaba en el parque y hubo una explosión muy potente. Salimos corriendo del parque, cortaron el puente de la autopista y los vecinos tuvimos que quedarnos en casa varias horas con las puertas y ventanas cerradas. La niña tenía siete años y sufrió un trauma: pasó varios meses sin comer bien y tenía miedo a cualquier ruido seco que le recordara la explosión. Cerrar la puerta de la furgoneta la hacía temblar y por las noches nos pedía que le prometiéramos que Petronor no iba a explotar. Un día se fue de colonias y se le pasó.

¿Cuándo pasas a formar parte de Meatzaldea?

En 2007 asistí a una charla sobre la planta de coque ,comprendí que hacía falta un médico y me metí.

¿Qué te ha aportado este periodo de militancia?

Sobre todo, amistades. Conocer a gente que vale la pena, con la que hacer piña y trabajar juntos como nunca había trabajado en mis antiguas militancias.

¿En qué se diferencia este activismo de los otros?

No hay sectarismos. Todo el mundo puede venir y aportar. No hemos tenido problemas internos, aunque somos gente de diferentes ideologías.

Es una lucha en la que las mujeres estáis en primera fila.

Sí, hemos participado mucho y muy visiblemente. Cuando hemos ido al Gobierno vasco, a Europa y a la televisión, casi siempre hablamos mujeres. Y no ha sido una cosa de “ve tú, que eres mujer”. Ha sido espontáneo y eso ha facilitado la ausencia de grandes protagonismos.

Los contratos de trabajo que ofrece la refinería son una golosina para muchos hombres de la comarca.
Un sindicato los llamaba “trabajadores de pata negra”. Antes Petronor hacía pocos contratos en la comarca. Ahora han empezado a contratar a chavales de la zona, que es una manera inteligente de desactivar las movilizaciones. Y no contratan a cualquiera, sino al hijo de tal del partido tal.

La Audiencia Nacional ha obligado a Medio Ambiente a contestar a vuestra denuncia por ausencia de permiso de Costas en la construcción de la planta de coque, lo que legalmente implica una apertura de expediente sancionador a Petronor. ¿Cómo viviste esa sentencia?
Fue una alegría inmensa. Sabíamos que era la piedra filosofal. Hemos pasado por nueve juicios, que hemos ganado en primera instancia y hemos perdido en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y en el Tribunal Supremo, y siempre han sido contra la autorización medioambiental de la refinería.

Que está en eterna prórroga…

Antes de que construyeran la planta de coque, estuvimos con Medio Ambiente de Gobierno vasco y nos dijeron que lo único que les interesaba para autorizar la planta era que fuera suelo industrial. Nada más.

Y resulta que no es suelo industrial, sino que en parte pertenece a Costas.
Y visto que en España han empezado a demoler casas, hoteles e incluso fábricas, hemos llegado al punto interesante.

Defiende el derecho a la salud

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