Porqué la huelga feminista en la Universidad?
La universidad proyecta una imagen de equidad y democracia a partir de su propio carácter de espacio exclusivo de generación de conocimiento, que se dota además de dispositivos institucionales que velan por la igualdad (…) Esta representación, que es solo un espejismo, oculta y legitima la reproducción de la desigualdad y de las violencias machistas.
Fuente: ctxt.es el dobladillo
1. La universidad genera sistemáticamente conocimiento androcéntrico –hecho por y para hombres–, como muestra la invisibilización histórica de pensadoras y científicas en los programas de estudios.
2. Las mujeres estamos excluidas de los puestos más altos de poder en la institución: el 94% de los rectores de las universidades públicas son hombres.
3. Sufrimos acoso sexual también en la universidad, especialmente el que se produce de profesores a alumnas y que no contemplan los protocolos de acoso ni las unidades de igualdad. Incluso en ocasiones se han llegado a silenciar estos casos.
4. La universidad pública es un campo de precariedad laboral, como el resto del mercado. La privatización de servicios fundamentales, como limpieza y reprografía, sectores altamente feminizados, produce un deterioro de las condiciones de las trabajadoras y su empobrecimiento. Entre el profesorado, a peores condiciones del puesto de trabajo, mayor es el porcentaje de mujeres. Por ejemplo, hay solo un 20% de catedráticas y el número de contratadas fijas apenas alcanza el 44%.
5. El aumento de las tasas y la reducción de becas, que roba el derecho a la educación a las clases trabajadoras, nos perjudica especialmente a las mujeres, reduciendo nuestras posibilidades de autonomía económica y haciéndonos más vulnerables que a los hombres.
6. El nuevo modelo neoliberal de la universidad aumenta nuestra carga de trabajo y nos impone un marco de competitividad para responder a los objetivos de excelencia, de los que depende cada vez más nuestro salario o nuestra carrera académica. Este managementpromueve la insolidaridad y la individualización, dinamitando el apoyo mutuo entre las mujeres
7. Al acabar nuestra jornada laboral o académica, seguimos siendo las encargadas de las tareas de cuidados y del sostenimiento de la vida (cuidado de menores, mayores, familiares y trabajos domésticos.)
8. Este contexto de precariedad, con sobrecarga de trabajo y dobles jornadas, nos roba el tiempo para nosotras y provoca que no podamos desarrollar nuestros proyectos vitales. Nos faltan condiciones para decidir sobre la maternidad, tener autonomía, descansar y pasar tiempo con nuestras amigas.
PILAR GARCÍA INÉS GUTIÉRREZ ÁNGELES RAMÍREZ