«Osakidetza se inspiró en el modelo cubano, pero el PNV impuso el modelo neoliberal de Thatcher» (Ahoztar Zelaieta Zamakona, Bilbao 1972)
En la entrevista, Ekaitz Candela también comenta el libro publicado por Ahoztar Zelaieta «Diagnóstico Tolosaldea. La privatización de la sanidad en el oasis vasco», parte que reproducimos a continuación.
CRISIS EN OSAKIDETZA
Ekaitz Candela: Al margen de la modernización en el sector de la seguridad, tú has publicado otro libro con Txalaparta y varios artículos sobre cómo la tecnología y el capitalismo de consultoría sirve para llevar a cabo la privatización de Osakidetza. Cuéntanos un poco qué pasó desde la llegada de Iñaki Azkuna hasta el modelo público privado que están tratando de implantar ahora.
Ahoztar Zelaieta Es complicado de explicar, nos llevaría horas. Resumidamente, cuando Osakidetza nace, es tal su prestigio y capacidad de crecimiento que comienza a integrar hospitales privados, como por ejemplo el Hospital de Basurto, en la red pública. También construye otros hospitales, generando cada vez más infraestructura pública. Evidentemente, se benefician todas sus redes clientelares (constructoras, asesores…) y comienzan los enchufes de personal, etc. Por otro lado, todo hay que decirlo, había un grupo de médicos que tenían como referente al servicio público de salud de Cuba. Se llamaba la escuela cubana, en cuyo servicio público querían que se inspirase Osakidetza. En realidad, lo que ocurrió fue otra cosa: Osakidetza, de la mano de Iñaki Azkuna, se transformó mirando hacia el modelo sanitario británico que defendía Margaret Thatcher: privatización, comercialización y mercantilización, una lógica neoliberal que entendía a los pacientes como clientes y que no trabajaba siguiendo los criterios de salud pública y bienestar social, sino que se guiaba por objetivos de rentabilidad económica.
Estamos hablando de que las cinco personas que han tomado las decisiones más importantes sobre el futuro de Osakidetza, dos consejeros de Salud del Gobierno Vasco, dos exviceconsejeros y un alto cargo de Osakidetza, trabajan para una empresa privada
Dado que tenemos una tendencia a idolatrar a los líderes que privatizaron la sanidad, ¿te imaginas un busto de Patxi López en IMQ?
Rafael Bengoa, consejero con Patxi López y en su momento mano derecha de Iñaki Azkuna, llegó con otro tipo de estrategia. Los socialistas decían que el sistema no se sostenía porque cada vez estaba más envejecido. Decían que las personas mayores y personas con enfermedades crónicas eran grandes usuarios del servicio y económicamente eso no se podía sostener. El PSOE introdujo otra vuelta de tuerca importante a este modelo de privatización, y lo justificó apelando a la cronicidad y el envejecimiento. Había que generar otro modelo: el de la teleasistencia. Esto es, que no vinieran a los ambulatorios, y la atención fuera telemática. Ello también dio lugar a otro tipo de empresas dependientes de Osakidetza, empresas asociadas a la fontanería del PSOE. Como cada vez hay menos pudor para ir fortaleciendo ese modelo privado, el modelo de puertas giratorias hacia la sanidad privada se ha disparado. Estamos hablando de que las cinco personas que han tomado las decisiones más importantes sobre el futuro de Osakidetza, dos consejeros de Salud del Gobierno Vasco, dos exviceconsejeros y un alto cargo de Osakidetza, trabajan para una empresa privada. También otros consejeros y viceconsejeros de etapas anteriores trabajan ahora para el sector privado. Esto en Madrid sería un escándalo, pero aquí todo parece normal.
¿Por qué ha costado tanto derribar el mito de que la salud pública vasca es la mejor del mundo?
En España, para decir lo mal que estaban, siempre se comparaban con nosotros. Qué bien están los vascos, decían. Y así entramos en un círculo vicioso en el que aquí nadie se mira al espejo. Pero eso está cambiando. En los últimos años, se ha hecho evidente ese modelo de ir precarizando, saturando y externalizando servicios públicos para provocar una especie de estado de alarma y un despresitigio que genera un efecto llamada hacia lo privado. Esa es la “nueva cultura” que trata de generar Gotzone Sagardui, un modelo de gestión que ya solo es referencial para Isabel Diáz Ayuso, según denuncian ahora algunas plataformas de la marea blanca por la defensa de la salud pública en Madrid.
En los últimos años se ha hecho evidente ese modelo de ir precarizando, saturando y externalizando servicios públicos para provocar una especie de estado de alarma y un despresitigio que genera un efecto llamada hacia lo privado. Esa es la “nueva cultura” que trata de generar Gotzone Sagardui,
Parece que la pandemia, así como la respuesta social que lleva décadas fraguándose, han puesto sobre la mesa la crisis de este modelo de salud privatizado
Es así. Primero porque en el sector sociosanitario ha reventado el asunto. Ya antes de la pandemia estaba a punto de reventar y ahora lo ha hecho definitivamente. A la pelea desde los años noventa de los sindicatos y de las trabajadoras en contra de la aprobación de proyectos sanitarios privados, se han sumado las asociaciones de familiares de residentes que han nacido en los últimos años, las huelgas de trabajadoras y el movimiento de pensionistas, con mucho músculo en Euskal Herria, que denuncian el negocio de los cuidados y las penurias que sufre ese trabajo feminizado de los cuidados. El negocio de los cuidados está en manos de un grupo de empresas privadas y sendas patronales vinculadas a excargos públicos del PNV.
En el sector de la salud pública, a las críticas y movilizaciones de trabajadoras y sindicatos se han sumado entidades relacionadas con la universidad pública vasca que trabajaban analizando este sector, como Osalde. No obstante, lo más importante es que este último año ha nacido la Marea Blanca, la coordinadora de plataformas en favor de la de la Salud Pública, en la que se han juntado plataformas que ya venían trabajando en distintas comarcas de España denunciando los efectos que generaba la privatización. Hay profesionales de hospitales de referencia, vecinos, usuarios individuales, asociaciones de pacientes, sindicatos, trabajadores. Este agente social tiene un elemento mucho más transversal. Este sentido común se ha hecho evidente en las últimas encuestas del Deusto barómetro, que tampoco es que sea del Partido Comunista Chino, donde los ciudadanos suspenden a Osakidetza.
Tú personalmente sueles ser bastante optimista con este proceso de politización en favor de la sanidad pública.
Mis amigos me suelen acusar de ser muy optimista, pero si no vives del optimismo y del humor después de tantos años buscando en la basura de Euskal Herria, pues no vives… Mucha gente que está en un seguro privado se está dando cuenta de que no funciona adecuadamente, o que según el dinero que tengan en la cartilla sufren una peor atención que otros con más capital. También ocurre que cada vez que solicitan un servicio se les deriva de lo privado a lo público. Ese criterio clasista de que lo privado es mejor que lo público se derrumba cuando efectivamente ves que el gran nivel de los profesionales que están en la pública, por ello el sector privado suele publicitar que tiene a los mejores médicos de la pública trabajando en sus empresas.
¿Crees que una de las brechas, trayéndolo de nuevo a tu trabajo, tiene que ver con el modelo de las residencias? La lucha feminista puso de relieve el volumen y las condiciones de explotación del negocio de los cuidados. Las residencias en este sistema público-privado y masificado, son sumamente caras y deficientes desde todo punto de vista, además de corruptas. Este es el modelo de vejez que defiende el PNV, ¿es simplemente falta de comprensión de la realidad o una guerra descarada contra los pobres?
Es un poco como un efecto de bola de nieve que no puede detenerse. Las mismas personas de ese partido que tomaban decisiones sobre el futuro de las residencias estaban privatizando el sector. En el año 91, solo el 10% de las empresas eran privadas, y ahora conforman el 90% del sector. Mucho antes de que llegaran Florentino Pérez o los fondos buitre, esa literatura que en Madrid está tan documentada, en Euskadi había empresas privadas establecidas por gente del PNV conquistando las residencias. Todo eso ha llevado a una extraña evolución en la que estas grandes empresas tienen una situación de monopolio: inflan su currículum cuando compiten con otras empresas privadas por contratos, alegando que su principal cliente es el sector público, y así en bucle. No hay nadie que quiera iniciarse en el sector y competir en esta situación. Además, cuentan con información privilegiada gracias a las puertas giratorias, que funcionan en ambas direcciones. Se crea una red de clientelismo tan extensa que la propia red tiene más influencia que cualquier partido en las decisiones del sector.
El libro: Diagnóstico Tolosaldea La privatización de la sanidad en el oasis vasco
Ahoztar Zelaieta Zamakona 2023 Txalaparta
La joya de la corona del oasis vasco, Osakidetza, se está desmoronando y uno de los factores que amenazan el derecho a una salud pública es la concertación de servicios sanitarios con el sector privado. Gipuzkoa es el territorio con mayor volumen de concertaciones y en ese marco destaca la clínica Asunción de Tolosa, un centro privado al que la Consejería de Salud ha inyectado 71 millones de euros entre 2019 y 2022. Es el centro de salud de referencia para toda la comarca de Tolosaldea, de más de 65 000 habitantes, y lo que ocurre allí es un síntoma de la crisis en torno a la salud pública.
En esta investigación, Ahoztar Zelaieta describe los orígenes del convenio entre Osakidetza y la clínica Asunción en la década de los 80, así como el negocio urdido tras ese acuerdo; las puertas giratorias y el clientelismo salpicado de episodios de corrupción; junto a las denuncias de sindicatos, la oposición política y la movilización social.