Nuevo taller de Autodefensa Feminista, de nivel avanzado, el 13 y 20 de noviembre de 2019 en el Centro Cívico de San Ignacio, en horario de 16:30 a 20:30.
Es un Taller gratuito, dirigido a mujeres que tengan más de 16 años y ya hayan realizado el taller de nivel básico.
Será impartido por Isabel Bernal, Psicóloga y experta en Malos Tratos y Violencia de Género, y conductora de talleres de autodefensa desde hace 15 años.
Para participar hay que inscribirse antes del 1 de noviembre en: servimujer@modulodeustosanignacio.org Para más información podéis llamar al: 94 475 94 72, ext.1 (de 8,30 a 14 h.)
Manual contra las agresiones sexuales: controlaos vosotros
Fuente: Deustu-San Inazioko Modulu Psikosoziala. Módulo Psicosocial de Deusto-San Ignacio. Plaza Aoiz s/n 48014 Bilbao.
A finales del mes de septiembre se difundía una convocatoria desde el Movimiento Feminista para la denuncia pública de varias agresiones sexuales a mujeres. Tres agresiones sexuales en un solo fin de semana, que venían seguidas del secuestro y agresión en Atxuri. Es de agradecer la labor de convocatoria rápida que hace el Movimiento Feminista ante estos hechos bajo el lema de Ninguna Agresión sin Respuesta y que visibiliza la alianza entre mujeres contra la violencia sexual que además de atacar los cuerpos de las mujeres, ataca concretamente nuestra libertad de movimiento.
Hay, sin embargo, algo muy preocupante asociado a estas agresiones, y que suele pasarse por alto en cuanto a su potencial dañino para la libertad de las mujeres porque se disfraza de supuesta ayuda a nuestra integridad. Me estoy refiriendo a difundir las noticias desde el prisma de la inseguridad ciudadana, tema de amplificación excesiva en los medios de comunicación tradicionales, y tema de amplia rentabilidad electoral inmediata y por eso jugoso para su utilización partidista.
Esta idea de la inseguridad añadida por el hecho de ser mujeres y nuestra responsabilización tomando medidas de autocontrol cala y mucho en nosotras. Es conocida la controversia sobre las recomendaciones de la Ertzaina y otros cuerpos policiales para prevenir agresiones sexuales y que van dirigidas al autocontrol de las mujeres. También, recientemente ha circulado por redes un vídeo de mujeres jóvenes que han creado una aplicación para estar controladas en todo momento y no olvidarte nunca de que la responsabilidad de que te violen o no sigue siendo nuestra y que el miedo es la emoción a la que debemos obedecer.
En el video nos cuentan de nuevo el cuento de Caperucita, que su mamá sabe que va a casa de su abuelita y que trae la desgracia a la familia por desviarse del camino, y sin avisar. Menos mal llega el fornido leñador a resolver. A esa aplicación tienes que decirle en todo momento dónde andas, recordándote una y otra vez que eres vulnerable y que por tanto debes tener miedo. Esto es perverso para las mujeres, es decir, pervierte el objetivo de liberar a las mujeres de la violencia, utilizando el mensaje de la obediencia y sumisión a las normas que es también un mensaje violento en la medida que inocula la sumisión a la renuncia de la libertad.
Este fenómeno del llamamiento al autocontrol pone los pelos de punta. Quienes nos dedicamos al trabajo terapéutico con mujeres con malestares psicológicos derivados de su condición y posición de género, sabemos que nuestro trabajo pasa fundamentalmente por acompañar a las mujeres a desvelar las distintas formas de sometimiento al sistema heteropatriarcal que las encierra en deseos e intereses ajenos a ellas mismas; salir del rebaño y dejar de obedecer a los ladridos de los perros, aunque a cambio nos ofrezcan protegernos de manadas de lobos, porque el precio es la libertad.
Como decía, la violencia sexual se ha puesto en primera plana de los medios de comunicación por los últimos casos de violaciones en el espacio público. Cabe también a este respecto poner la mirada sobre lo que el espacio público debería ser: el espacio de todas las personas, el que se supone se diseña para la movilidad, la reunión y la vida común libre y respetuosa. Este es el derecho que se tiene que garantizar también a las mujeres en estos espacios. Contraponer a la cultura de la violación la política del miedo nos aleja absolutamente del camino de construir vidas libres y nos mete al rebaño de la sumisión y del espacio doméstico como supuesto lugar seguro.
Y, sin embargo, que quedarse en casa sea seguro para las mujeres es tan mentira como que una violación en la calle es lo peor que te puede pasar en la vida si eres mujer. ¿Es peor que te violen en la calle a que te violen en casa? ¿Es peor que te violen una vez a que te maltraten durante años en tu propia casa? En realidad, lo único que previene una violación sea en la calle por nuestros vecinos, o en nuestras camas por nuestros maridos, o en cualquier otro lugar por nuestros clientes, es que todos ellos tengan claro que eso no se hace, que los cuerpos de mujeres no son cosas disponibles para sus incontinencias de fluidos corporales y sus deseos de dominar y dañar. Para que una violación en la calle o en casa o en cualquier otro lugar no suceda hace falta que la sexualidad sea entendida en el ámbito del encuentro íntimo, de compartir placeres corporales desde el encuentro, y que todo lo que se da al margen del encuentro de personas que desean compartir esos placeres, es dominación, y por tanto violencia.
Seguramente, estas mujeres del vídeo no pueden volar por encima de la obediencia y el control de sus cuerpos implícito en su propio discurso porque no han tenido contacto con la autodefensa feminista. Con lo que sí han tenido contacto es con el zumba y dale del “sed buenas”, como que eso nos fuera a librar de algo. Más mentiras, fuego a discreción. Entonces nuestra respuesta tiene que ser “a las barricadas”.
Estamos en la barricada, defendemos nuestra libertad con métodos de autodefensa, nos armamos de poder y fuerza ejercida por nosotras mismas y de manera colaborativa. No nos fiamos de los mensajes de control, no os creemos, nunca sirvió. Animamos a todas las mujeres a ocupar el espacio público, a ser rebeldes y contraatacar a los intentos de culpabilización que nos quieren meter en el redil. Apuntamos en la dirección del control social con todos sus instrumentos institucionales y publicitarios para entender que no es a nosotras a quienes nos tenéis que controlar, controlaos vosotros, hacéroslo mirar.
En este último sentido, cabe una apelación a los hombres como colectivo a mojarse en este asunto. No podéis permitir más tibieza con los comentarios que nos objetualizan, con vuestros iguales que nos menosprecian y maltratan, con quienes nos quieren esposas, o madres-vírgenes, o putas pero no nos quieren por quienes somos más allá de nuestra utilidad. Sed valientes vosotros en defender la libertad de vuestras iguales, aunque eso os lleve la pérdida del privilegio de sentiros los fuertes protegiéndonos. No va de eso, no queremos pater familis, no los necesitamos, queremos compañeros codo a codo, muchos.
Pero, desde este lugar de acompañamiento psicológico a la rebeldía, de acompañamiento a vidas cooperativas y libres de violencia, se debe enviar sobre todo un mensaje a todas las mujeres, especialmente las jóvenes, un mensaje de rebeldía contra el control social y la domesticación. La calle, la noche, también son nuestras.
Y nosotras, mientras tanto, a ganar espacios de libertad a través de la Autodefensa Feminista. Este mes de Noviembre desde el Servicio de Mujer del Módulo Psicosocial de Deusto San Inazio pondremos en marcha un nuevo taller de autodefensa para estar en guardia contra las agresiones, esta vez contra las más frecuentes, las que se dan en el ámbito de las relaciones sexo-afectivas, ya sea en el contexto del matrimonio o convivencia, ya sea en los noviazgos. Porque la casa, la cama, también son nuestras.