Los pagos a profesionales y organizaciones sanitarias: el mercado de pulgas de las multinacionales farmacéuticas
Fuente: Acceso Justo Medicamento Ángel María Martín Fernández-Gallardo. Inspector Farmacéutico del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
Resumen
¿Qué sector empresarial se gastaría 350 millones de euros cada año para no obtener nada a cambio? Nos quieren hacer creer que el sector farmacéutico, pero es falso. Lo que llaman transferencias de valor, 667 millones de euros anuales sólo en España, lo presentan como la fuerte apuesta de la industria farmacéutica por la inversión en I+D en nuestro país, pero sólo el 47% lo es, frente una media del 70% en Europa. Con el resto mercadean pagando, en función del interés estratégico de cada empresa, a asociaciones de pacientes, profesionales sanitarios, asociaciones sanitarias, grupos colaborativos, hospitales públicos y privados, fundaciones de todo tipo, universidades, redes de cátedras, colegios profesionales y patrocinando los congresos de todos ellos. Nos quieren hacer creer que lo hacen por mecenazgo, pero la realidad es bien diferente: han convertido estos pagos en un mercado de pulgas al que anualmente acuden más de 100.000 profesionales y más de 5.500 organizaciones sanitarias, que abastecen con los precios escandalosos que imponen a los medicamentos que paga el SNS, en el que se revenden conciencias y siempre ganan los mismos, los mercaderes.
Conflictos de interés
En un controvertido artículo publicado recientemente en The Lancet (1), la Dra. Priya Sumithran, investigadora sobre obesidad y pérdida de peso de la Universidad de Melbourne denuncia que, ante la escasez mundial de semaglutida ocasionada por su autorización como adelgazante en EEUU, las autoridades sanitarias en la UE, el Reino Unido, los EE. UU., Australia y América del Sur hayan instado a los médicos a utilizarla sólo en pacientes con diabetes tipo 2, lo que a su juicio niega el reconocimiento de la obesidad como una enfermedad y trivializa los beneficios sustanciales de un tratamiento eficaz para la salud. Pero omite que en la UE semaglutida aún no está autorizada para la obesidad, por lo que el uso de Ozempic para esa indicación es ilegal y las autoridades sanitarias están en la obligación de exigir que se use en la indicación autorizada.
Las claves de este panegírico de la medicalización universal de la obesidad con agonistas de la GLP1 en detrimento de las medidas preventivas, es el ingente negocio que para novonordisk suponen los 700 millones de personas de mercado potencial que estima esa Dra., la inmensa mayoría en países ricos (700.000 millones de dólares anuales al precio que piden en EEUU). Y también el evidente conflicto de interés de la autora con ese laboratorio (1), que explicaría además que defendiendo su uso de por vida en casi el 10% de la población del planeta, no haga una sola mención de los riesgos conocidos, como es el aumento de riesgo de cáncer de tiroides, incluido el cáncer medular de tiroides, en particular después de 1 a 3 años de tratamiento (2). Ni que no critique el precio que exige el laboratorio, más de 1000 dólares al mes en EEUU, que como reconoce es la barrera más importante para la accesibilidad de los pacientes.
Y es que los conflictos de interés de los profesionales y organizaciones sanitarias con la industria farmacéutica han alcanzado tal dimensión, que ya no es creíble que sea suficiente con declararlos, como hace la Dra. Sumithran en ese artículo, para considerar que no afectan a su actuación profesional.
El dopaje del Sistema Sanitario Español por las Multinacionales Farmacéuticas
Bajo el concepto de transferencias de valor (ToV), las multinacionales farmacéuticas se refieren a los pagos realizados a profesionales y organizaciones sanitarias derivadas de donaciones, actividades formativas, reuniones científico-profesionales o prestación de servicios y a los pagos de I+D por su participación en ensayos clínicos (3) (4). La prensa del sector va más lejos, llegando a considerarlas como una contribución de la industria farmacéutica con el Sistema Nacional de Salud (5), pero nada más lejos de la realidad. Si hay algo que demuestra el análisis de esos pagos es que poco o nada tienen que ver con el SNS ni con sus necesidades, en cambio sí que son importantes para determinados profesionales que reciben elevados pagos de la industria farmacéutica, para las asociaciones profesionales mayoritarias, a muchas de las cuales les suponen ingresos multimillonarios, para fundaciones públicas y privadas de todo tipo y multitud de universidades y hospitales también públicos y privados que consiguen así generosísimas contribuciones de las multinacionales farmacéuticas, casi todas de manera selectiva y arbitraria, en función del interés estratégico de cada multinacional, convirtiendo esos pagos en un auténtico mercado de pulgas en el que todos rebuscan fondos, incluidos los Directivos Sanitarios y algunos Servicios de Salud, pero cuyo financiador real es el SNS al que las multinacionales farmacéuticas, con los escandalosos precios que imponen a los medicamentos gracias al monopolio de las patentes, exprimen todo el dinero con el que anualmente lo alimentan.
Según el código de transparencia de la EPFIA aprobado en 2013 (6), las transferencias de valor (ToV) que deben declarar anualmente los laboratorios que pertenecen a esa asociación se agrupan en tres grandes conceptos:
- HCP: Pagos directos o indirectos, en efectivo o en especie a profesionales de la salud.
- HCO: Pagos directos o indirectos, en efectivo o en especie a organizaciones sanitarias, principalmente organizaciones profesionales y hospitales.
- R&D: Pagos directos o indirectos, en efectivo o en especie a profesionales de la salud o a organizaciones sanitarias relacionados con la planificación o realización de ensayos clínicos.