Informe ADSPA de la Atención Primaria en Asturias en 2024
Asociación para la defensa de la Sanidad Pública Asturias (ADSPA) – Plataforma de la Salud y la Sanidad Pública de Asturias (PSSPA)
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de la Atención Primaria (AP) en España se anticipó a la aprobación de la Ley General de Sanidad (1986) mediante el Real Decreto 137/1984, de 11 de enero, sobre estructuras básicas de salud, y la creación de la especialidad de medicina familiar y comunitaria (1978). La posterior extensión del modelo, con una cobertura de más del 99% de población, ha permitido que la AP se convirtiese en la puerta de entrada y el eje vertebrador del sistema sanitario, gozando de un considerable aprecio de la ciudadanía y una gran valoración internacional.
Sin embargo, la AP en Asturias, al igual que en todo el Estado, pese a su fuerza y capilaridad, está en una situación difícil por problemas estructurales que vienen de lejos y que la COVID19 ha puesto críticamente de manifiesto. Los problemas no se pueden restringir a la COVID porque el telón de fondo es la contradicción entre un modelo público originariamente comunitario y una evolución presidida por la mercantilización, el consumismo y las tendencias privatizadoras, complementadas por recortes, subfinanciación y la precarización de las plantillas. Las políticas neoliberales de las últimas décadas son las responsables de la erosión del sistema sanitario y en primer término a la AP.
Por tanto, el punto de partida -desde el reconocimiento de los grandes logros de la AP por su accesibilidad, proximidad, profesionalidad y justicia social, y su función de puerta de entrada, aportando orden y criterio al conjunto de la sanidad pública- es que los problemas se han ido acumulando y la pandemia ha sido, tan sólo la espoleta que ha precipitado la crisis; pero el hilo conductor de los problemas hay que ir a buscarlo en el enfoque descontextualizado de la salud y la enfermedad, en una manera de entender la medicina desde la renuncia y la incomprensión de los factores sociales, psicológicos, biográficos y relacionales que subyacen a todo el proceso de salud/ enfermedad, y que han desparecido de la práctica asistencial cotidiana, como si fuesen “subjetivismos” ante la supuesta objetividad de los protocolos biomédicos y de un paradigma mercantilizado que se vino a denominar de «excelencia».
Analizar los problemas de la AP de Asturias y que alternativas puedan ser posibles, requiere, en primer lugar, revisar las tendencias, con los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, comparando el año 2010 (que fue el año con el gasto sanitario más elevado) con los últimos datos disponibles 2que van desde el año 2021 al año 2024. La falta de información y de transparencia son problemas añadidos, basta con decir que la última memoria publicada del SESPA es del año 2017. La mayoría de los datos son del Ministerio de Sanidad, del Ministerio de Hacienda del Gobierno central y del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Y el trabajo de recopilación le corresponde al VI Informe de AP de la Federación de Asociaciones de defensa de la Sanidad Pública (FADSP), al que debemos de agradecer su trabajo.
Ver aquí el Informe Completo: La AP en Asturias en 2024
Resumen, a modo de conclusión
Una reforma como la que necesita la AP requiere consenso en los principios de actuación: universalidad, equidad, desconcentración, territorialización, contextualización, democratización de equipos, participación de la comunidad, cuya aportación y movilización es decisiva en el diagnóstico, intervención y soluciones, y proactividad hacia los grupos vulnerables. Precisa, además, voluntad y arrojo político y un nuevo marco relacional que permita reconducir la deriva de medicalización y consumismo.
El objetivo es una AP que: (1) empodere a las personas y las comunidades para que se sientan dueñas de su salud, y defiendan las políticas que la protejan y la promuevan. (2) aborde los determinantes sociales, económicos, ambientales y comerciales de la salud por medio de acciones y políticas que estén basadas en la evidencia y abarquen a todos los sectores; y (3) asegure un sistema de salud pública y una AP fuertes a lo largo de la vida de las personas, como elementos centrales de la prestación de servicios integrados. Al menos 80% de las necesidades de salud pueden atenderse mediante esta visión de la AP; pero la sociedad no se mueve automáticamente hacia la salud y la equidad en salud y para alcanzar estas metas, debemos tomar medidas expresamente encaminadas a reforzar los tres componentes de la AP de salud.
Anexo: La AP y la declaración de Alma Ata
La Conferencia internacional de AP de salud, reunida en Alma-Ata (Kazajstán) el día 12 de septiembre de 1978, con la participación de 193 gobiernos, establecía lo siguiente:
VI. La AP de salud es atención sanitaria esencial… Es el primer nivel de contacto de los individuos, las familias y las comunidades con el sistema nacional de salud, acercando la atención sanitaria al máximo posible al lugar donde las personas viven y trabajan, constituyendo el primer elemento del proceso de atención sanitaria continuada. VII. La AP sanitaria:
(1) Refleja las condiciones económicas y socioculturales, así como las características políticas del país y de sus comunidades, desarrollándose a partir de ellas, y está basada en la aplicación de los resultados apropiados de la investigación social, biomédica y de servicios sanitarios, así como en la experiencia sobre salud pública.
(2) Se dirige hacia los principales problemas sanitarios de la comunidad, y para ello, proporciona y promueve servicios preventivos, curativos y rehabilitadores.
(3) Incluye como mínimo: educación sobre los problemas sanitarios más prevalentes y los métodos para prevenirlos y controlarlos; promoción sobre el suministro de alimentación y de correcta nutrición; adecuado suministro de agua potable y saneamiento básico; asistencia maternal e 36infantil, incluyendo la planificación familiar; inmunización contra las principales enfermedades infecciosas; prevención y control de las enfermedades endémicas locales; apropiando tratamiento de las enfermedades comunes y los traumatismos, y provisión de los medicamentos esenciales.
(4) Implica, además del sector sanitario, a todos los sectores relacionados y a diferentes aspectos del desarrollo nacional y comunitario, en particular, la agricultura, los animales de labranza, la industria alimentaria, la educación, la vivienda, los servicios públicos, las comunicaciones y otros sectores, y solicita los esfuerzos coordinados de todos estos sectores.
(5) Requiere y promociona un autodesarrollo comunitario e individual al máximo posible, con participación en la planificación, organización, desarrollo y control de la AP sanitaria, haciendo un uso más completo de los recursos locales y nacionales y de otros recursos disponibles; y para finalizar, desarrolla, a través de una formación apropiada, la habilidad de las comunidades para participar.
(6) Debería mantenerse por sistemas de interconsulta integrados, funcionales y mutuamente apoyados, con vistas a una mejora progresiva e integrada de la atención sanitaria para todos, y dando prioridad a los más necesitados.
(7) Se desarrolla a niveles locales y a niveles de apoyo, mediante los profesionales sanitarios, incluyendo a los médicos, enfermeras, comadronas, auxiliares y asistentes sociales, en lo que corresponda, así como los tradicionales y necesarios médicos de cabecera, correctamente formados social y técnicamente para ejercer como un equipo sanitario a fin de responder a las necesidades sanitarias expresadas por la comunidad.
15 de marzo de 2024
ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA (ADSPA) – PLATAFORMA POR LA SALUD Y LA SANIDAD PÚBLICA DE ASTURIAS (PxSSPA