Editorial: El Papa Francisco y los muros de la salud
El Papa Francisco y los muros de la salud. Por Jorge Barron, miembro de Osalde
El papa Francisco es especialista en dar carpetazo a cuestiones de gran calado con frases bonitas que quedan bien, pero no aclaran nada. A una pregunta comprometida de Jordi Ébole, respondió: «Quien levanta muros, queda encerrado en él». Por ejemplo, Donald Trump se está quedando «encerrado» en los Estados Unidos de América. Lo cual no significa precisamente el autocastigo o amenaza que sugiere la frase papal. La amenaza de los muros que se levantan por codicia e insolidaridad más bien afectan a la humanidad entera presente y futura. Quien levanta muros está cercando algo que no le pertenece, un trozo de la casa común, un recurso necesario para la supervivencia de las criaturas humanas presentes y venideras. Es el muro de la propiedad de lo común, privada o pública, frente a su necesario uso regulado.
Los Muros de la salud empiezan en la Universidad, en la propia materia educativa. Se enseñan solo algunas de las causas del enfermar, ignorándose otras. Se dice que la tuberculosis, por ejemplo, está causada por el bacilo de Koch. Entonces, porqué apenas existe en los países ricos y es endémica en muchos países empobrecidos? Nadie enseña, por ejemplo, que el cercamiento de los recursos, la propiedad, deja al resto sin un medio de supervivencia, a veces, su propia tierra, el agua, el bosque, los tesoros minerales.., Los muros de la salud son de naturaleza económica, social, cultural, política. No hay salud sin derechos, sin libertades, sin trabajo, vivienda o educación.
Los partidarios del cercamiento, de la acumulación irracional de los bienes necesarios a los otros para su explotación privada, incluso pública cuando es gestionada por gobiernos corruptos, se afanan en construir muros que limitan el uso y disfrute de los bienes necesarios para la salud y el bienestar de todas las demás personas. Se cerca legalmente el Derecho a ser asistido por el Sistema Público de Salud, se amuralla el acceso a los medicamentos, en manos de las empresas con mayores beneficos que practican el chantaje a los Estados según su capacidad económica, sometidos al darwinismo mercantilista más cruel e inhumano, se investiga según las perspectivas de negocio de las empresas, según las demandas del rico consumidor y no según las necesidades de la sociedad humana global., En definitiva, todo el desarrollo científico y tecnológico que ha conseguido vencer las grandes causas de enfermedad y mortalidad, prolongando la vida hasta los 83 años, se rodea de un muro de egoismo e insolidaridad para que la inmensa humanidad extramuros no pida su parte en el reparto.
A Francisco, el Papa que eligió su nombre en imitación del santo pobre, tambien le quedan pobres las frases, aunque sean bonitas, porque le ayudan a quedar bien, como otro muro que protege su prestigio cerrando el diálogo y la reflexion comprometida.