Derribos Getxo S.L.
La bestia destructora ya muestra su voracidad contra el hogar del mayor colectivo de mayores autogestinado del municipio de Getxo, la Nagusien Etxea de Romo. La imagen es una fiel representación de la arrogante soberbia de un poder, el del gobierno PNV-PSE, Ayuntamiento de Getxo y Diputación de Bizkaia, insensible a esos mayores para quienes su falso discurso dice construye «una ciudad amigable» Una amigabilidad que empieza con las excavadoras, destruyendo un patrimonio legado para los mayores y bien aprovechados por su mayor colectivo, con todo un programa de actividades de atención a su salud según un modelo biopsicosocial. Actividades que no tienen posibilidad de continuidad con las alternativas ofrecidas por el Ayuntamiento, en contra de lo que declaran sin fundamento. Un proyecto especulativo que solo pretende obtener la plusvalía resultante del simple derribo y construcción, despreciando la verdadera PLUSVALIA destruída junto al edificio, que es la que aportaba un colectivo autogestionando unas actividades que responden a sus necesidades de salud y bienestar, necesidades no aportadas en absoluto por esa falsa «ciudad amigable» que proclama el aparato de maquillaje municipal.
Acerca del tema, adjuntamos, por su interés el artículo de Mikel y Alaiz Labeaga
Pase lo que pase, ya hemos ganado
En Romo, Bizkaia, estamos defendiendo los edificios de Lope de Vega 12 ya que el Ayuntamiento está empeñado en derribarlos. En este espacio los mayores del barrio, muchas veces aquejados de ese mal llamado «soledad», compartían y disfrutaban de actividades organizadas de forma autogestionada por el colectivo Ibar Nagusien Etxea; algunas de las actividades a destacar son las charlas sobre temas de actualidad, las quedadas para tomar el sol en el patio-jardín de la Nagusien Etxea, las comidas a precios populares o los encuentros para hacer ejercicio en el gimnasio. Durante más de 35 años estos edificios han sido para los más mayores del barrio un segundo hogar real en el que pasar las largas horas del día. Asimismo, es de recibo subrayar que Ibar Nagusien Etxea cuenta con más de 6.000 socios. Anexo a este lugar, se encontraba Itzubaltzeta III Gaztetxea (local autogestionado por los jóvenes), antes euskaltegi, biblioteca y espacio para otras actividades sociales que daban vida a este barrio obrero.
El Ayuntamiento de Getxo, gobernado por PNV-PSOE, ha tenido en mente desde hace diez años derribar esos icónicos edificios que son parte de la historia y del ADN del barrio, y le importan bien poco las manifestaciones de disconformidad de los vecinos de Romo. El proceso de derribo se ha llevado a cabo sin tener en cuenta las peticiones y necesidades de los habitantes, de los mayores, de los jóvenes necesitados de un lugar real para su desarrollo y comunicación. Así, el Ayuntamiento hace una cesión del espacio a la Diputación de Bizkaia en la búsqueda de beneficios económicos y la ganancia de galones, para un proyecto utópico de viviendas intergeneracionales constituido por una residencia para cien personas mayores con grado 2 y 3 de dependencia y cuarenta apartamentos para jóvenes que poco le van a servir al barrio.
Son muchos años de lucha contra los diferentes proyectos que han utilizado como pretexto para intentar derribar estos edificios que tienen una larga historia detrás y un valor emocional e identitario; estos edificios han sido el alma de este barrio. El Ayuntamiento en un primer momento planteó hacer viviendas para luego desecharlo, planteando este nuevo proyecto de la Diputación. ¿No hay otro lugar donde hacerlo? ¿Es necesario derribar un edificio que el propio colegio de arquitectos resalta por su valor con el conjunto de casas del entorno? ¿No se tienen en cuenta las necesidades reales de los mayores de Romo y se buscan alternativas falsas donde no hay pruebas de su utilidad?
Son, como decimos, muchos años de lucha contra la persistencia de las instituciones municipales para derribar el edificio. Encerronas de los nagusis, mercadillos y manifestaciones son algunas de las formas que ha tomado la lucha. El Ayuntamiento ha contado constantemente con la colaboración de la Policía autonómica y, así, se han acrecentado las formas de represión.
La semana pasada vivimos tres detenciones además de identificaciones de otras personas con el fin de denunciarles. Todo esto ocurrió tras la resistencia de la gente de Romo al derribo, que se tradujo en protestas y sentadas pacíficas, en las que no existió ningún tipo de provocación ni violencia por parte de los participantes. A pesar de ello, la Policía cargó contra los manifestantes, hiriendo a varias personas indiscriminadamente. Por ejemplo, pudimos ver como la Policía tiraba al suelo a empujones, porrazos y golpes de escudos a los que protestaban. Asimismo, más de ocho personas fueron identificadas con el fin de aumentar el número de cargos contra los y las vecinas del barrio, incluso siendo perseguidas y abordadas mientras paseaban por la calle. Igualmente, pudimos ver que la Policía infiltraba a secretas en las concentraciones. La represión y presencia policial fue abusiva y constante, llegando incluso a tener más de tres furgones en continua posición de control aumentando día a día su presencia: una ocupación militar del entorno de la Nagusi Etxea en toda regla.
Hay que señalar la política de fake news del Ayuntamiento y de la concejala Keltse Eiguren, tergiversando la realidad que solo es entendible o por una desinformación como mala praxis de su cargo o como una mala voluntad manifiesta. Dicha persona ha llegado a mezclar en sus declaraciones una pacífica movilización con supuestos actos violentos, e incluso justificar la presencia policial con el corte del tráfico rodado, cuando la realidad es que fue la propia Policía autonómica la que desde el principio cortó todo tráfico de la calle Lope de Vega… O informando de la detención de un hombre cuando en realidad fue una joven. Una edil que con el título de abogado parece desconocer qué supone un recurso de casación ante el Supremo y justifica el derribo aun sin tener sentencia firme.
Ante esta situación hacemos un llamamiento social para denunciar lo que está pasando en este barrio y a estar atentos a las movilizaciones que van a seguir convocándose. Movilizaciones de jóvenes y mayores que demuestran que el modelo intergeneracional que queremos para el barrio está muy representado en nuestros edificios de Lope de Vega.
Estamos en contra del derribo, en contra de la represión y de la presencia policial que poco ayuda a la convivencia de nuestros pueblos. No estamos en contra de que busquen para su proyecto otra ubicación que no suponga el derribo de unos edificios que han sido y son un encuentro intergeneracional real de los habitantes de Romo.