Vacunas: ¿Es recomendable la vacuna del papiloma en niños varones?
Cuando todavía se discute si hay que vacunar a todas las niñas, ya que la mayoría de ellas no desarrollarían cáncer de cuello de útero, se abre una nueva polémica: ¿Hay que vacunar también a los niños varones?
Grupos de Riesgo para el Virus del Papiloma Humano (Ministerio de Sanidad). «La incidencia del cáncer anal es superior en las poblaciones de alto riesgo entre las que se encuentran los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) VIH positivos, HSH VIH negativos, personas VIH positivos en general y mujeres con una historia de cáncer de cuello de útero. Se ha detectado VPH en el 90% de los cánceres anales y el genotipo más frecuente es el VPH 16 (70% de los cánceres anales). La incidencia de verrugas genitales en este colectivo es entre 3 y 10 veces mayor que en la población general»
Según el Ministerio, las nuevas recomendaciones de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), también incluirán a hombres menores de 26 años que tienen sexo con hombres. Sin embargo, el informe no contempla la vacunación entre población infantil masculina tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que la vacunación se instaure en todos los países, siendo el principal grupo objetivo el de las niñas de 9 a 14 años de edad. Sin embargo, una vez cubierto el grupo de las niñas, desde esta organización también recomiendan la vacunación de los varones a partir de los 9 años.
Amos José García, presidente de la Asociación Española de Vacunología cree que primero hay que mejorar la cobertura en las chicas, pero, en segundo lugar, habría que conseguir una buena cobertura en los otros sectores de la población que están en riesgo, como el de los hombres que practican sexo con otros hombres, ya que tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer anal por virus del papiloma cubiertos por la vacuna en el 90% de los casos.
En 2013 las autoridades australianas decidieron ampliar el programa a los niños, que también pueden ser portadores y transmisores del virus.
En mayo, la revisión de las vacunas contra el virus del papiloma humano de la Colaboración Cochrane, concluyó que era segura y que las muertes supuestamente asociadas a la vacuna en diversos estudios no estaban relacionadas con la administración del suero:
Conclusión de la Revisión de la Colaboración Cochrane
«Hay evidencia de certeza alta de que las vacunas contra el HPV protegen contra las lesiones premalignas de cuello uterino en las niñas adolescentes y las mujeres que se vacunan entre los 15 y 26 años de edad. La protección es menor cuando una parte de la población ya está infectada por el HPV. Se necesita un seguimiento a más largo plazo para evaluar la repercusión sobre el cáncer de cuello uterino. Las vacunas no aumentan el riesgo de eventos adversos graves, abortos espontáneos ni terminación del embarazo. Hay datos limitados a partir de los ensayos del efecto de las vacunas sobre las muertes, los mortinatos y los recién nacidos con malformaciones».
Pero la polémica estalló cuando, en julio de este mismo año, los miembros del Nordic Cochrane Center, una filial de la colaboración, publicaron una carta en el British Medial Journal en la que aseguraban que la revisión «estaba incompleta e ignoró pruebas importantes de parcialidad».
El artículo, firmado, entre otros, por el investigador Peter Goetzsche, conocido por ser una de las voces más críticas contra las presiones de la industria farmacéutica y miembro de la junta directiva de la Cochrane, desató un debate interno dentro de la colaboración que ha terminado con Goetzsche expulsado de la junta directiva. Otros cuatro miembros de la junta han dimitido como protesta, una situación que pone en tela de juicio la credibilidad de una de las instituciones más referenciadas en el ámbito médico.
Comentario editorial NoGracias (a la revisión de Colaboracion Cochrane)
«Los intereses alrededor de las vacunas contra el HPV son ingentes. Toda la investigación sobre seguridad y efectividad está realizada por las propias empresas comercializadoras. Los conflictos de interés de expertos y sociedades científicas también son muy importantes. No es posible, hoy en día, una evaluación equilibrada de la efectividad y seguridad de la vacuna del HPV. Es necesaria una moratoria a una vacunación que no ha demostrado ni evitar cánceres ni salvar vidas y que, además, tiene alternativas seguras y de demostrada efectividad. Mientras las vacunas se sigan administrando, las empresas solo tendrán incentivo para producir ciencia publicitaria y corromper al entramado clínico y científico que, en vez de velar por la salud pública, cuida de los intereses de sus generosos pagadores.
No es fácil hacer meta-análisis de unos ensayos clínicos tan artefactados por sesgos de publicación y metodológicos. Pero esta situación ya la afrontó la Cochrane con el Tamiflu (el autor principal de esa histórica revisión es Jefferson, uno de los firmantes de este texto crítico) y fue capaz de superar las dificultades publicando un histórico informe que desmontaba uno de los fraudes más importantes de la historia de la ciencia por su coste económico. Tom Jefferson y los daneses rebeldes del Centro Nórdico Cochrane saben de lo que hablan. Esta revisión y el “bombo” mediático diseñado para divulgarla son un desprestigio para la Alianza Cochrane y por eso debería ser inmediatamente retractada.»