State of the Health in the EU: España
El informe State of the Health in the EU deja a España con buena nota en mortalidad tratable, número global de médicos, cuidados integrados y salud percibida, y refleja malos resultados en obesidad infantil, lista de espera, número de enfermeros, distribución de clínicos y financiación.
Fuente: Diariomedico.com Jose A Plaza 25/11/2017
Ya nadie discute que la prevención y la promoción de la salud pública son las grandes olvidadas de los sistemas sanitarios. En España, la Ley General de Salud Pública precisa aún desarrollo, y es indicativo que una comunidad como la de Madrid aún no tenga una norma autonómica propia (su aprobación parece inminente).
El Informe State of Health in the EU, publicado por la Comisión Europea la semana pasada, tal y como informó DM, mete de nuevo el dedo en el ojo español: entre todos los indicadores que maneja, los más preocupantes siguen siendo los relacionados con la falta de actividad física, la obesidad infantil y el tabaquismo.
Los niveles de obesidad son preocupantes, pero más aún lo son los de obesidad infantil, mucho más altos. La actividad física de los adultos españoles es más que mejorable y los niveles de tabaquismo, si bien han bajado gracias a los esfuerzos legislativos de los últimos años, siguen siendo elevados.
Con respecto al consumo de alcohol, España está mucho mejor que otros países europeos, pero preocupa el consumo entre los menores. De hecho, el Ministerio de Sanidad trabaja en una ley ad hoc para paliar este problema, cuya semilla se está trabajando ahora en las Cortes en forma de ponencia de estudio.
Iniciativas autonómicas en salud pública como la ley antiobesidad andaluza y el programa murciano de prescripción de ejercicio pueden ser buenos espejos en los que mirarse
España es el país más eficiente en la UE en evitar muertes prematuras entre las mujeres
Demoras
Las listas de espera son otro de los caballos de batalla y de ello se hace eco también el informe europeo. Utilizando los datos del ministerio del año pasado, la CE incide en el aumento de los tiempos de espera en, por ejemplo, operaciones de rodilla y cataratas, y en las grandes desigualdades entre autonomías tanto en lista como en ¡tiempos de demora.
Las autoridades europeas señalan que los esfuerzos que las autonomías están realizando, en forma de apertura vespertina de quirófanos, contrataciones y fondos para impulsar equipamientos parecen insuficientes para satisfacer la demanda.
Otro de los grandes peros es la financiación sanitaria. Comienza a ser un mal endémico que se agravó con los peores años de crisis y que no consigue recuperarse.
El informe recuerda que tanto el gasto sanitario per cápita como el porcentaje del PIB dedicado a la sanidad están por debajo de la media de la UE. El problema se agrava si se incluyen en la ecuación las importantes diferencias de financiación per cápita que hay entre comunidades autónomas.
Casi una de cada cuatro visitas a Urgencias vendría de una mala gestión previa del sistema de primaria
Hay indicadores clásicos en los que España sí puede esbozar una sonrisa. El primero (multifactorial y poco achacable en sí a la calidad del sistema sanitario) es la esperanza de vida, que sigue siendo la más alta de Europa y la segunda más alta del mundo, sólo por detrás de Japón.
Pero mucho más interesante que este indicador es la mortalidad tratable, que se define como las muertes prematuras que pueden evitarse gracias a la atención sanitaria. España es el país más eficaz en evitar las muertes prematuras femeninas y el sexto mejor en el mismo indicador masculino, lo que le sitúa como uno de los mejores países en un indicador tan poco estudiado como útil para medir la calidad de la asistencia sanitaria.
En lo últimos años, una de las cuestiones más criticadas por las autoridades europeas de la política sanitaria española ha sido el gasto farmacéutico, especialmente el hospitalario. El informe destaca la reducción del gasto en farmacia y lo vincula con una de las políticas más impulsadas en los últimos años, el fomento en el uso de medicamentos genéricos.
De hecho, en comparación con países de su entorno como Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, España ha experimentado el mayor aumento en la cuota de mercado de genéricos en los últimos diez años.
La atención integral aparece destacada como uno de los indicadores en los que España saca mejor nota en comparación con los demás países europeos. Junto con Reino Unido e Italia, España es el único país que supera las 40 iniciativas ligadas a una atención integral del paciente, definida como una asistencia coordinada entre todos los agentes y niveles asistenciales.
En este punto habría que poner otro pero, no citado directamente en el informe europeo: España aún no ha sido capaz de desarrollar un sistema sociosanitario, pese a llevar años intentándolo y a contar con diversos proyectos autonómicos.
Cinco claves del informe
Tal y como explicó la semana pasada Xavier Prats Monne, director general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, el informe puede resumirse en cinco recomendaciones básicas para Europa:
«Hay que invertir más en prevención; potenciar y mejorar la asistencia en atención primaria; fomentar una atención más integrada; mejorar el número, distribución y recursos de los profesionales, y centrar más el foco en el propio paciente, dándole más voz y voto».
Al respecto, otro de los indicadores incluidos en el informe deja a España en una situación intermedia, ni buena ni mala en comparación con los demás países. Casi una de cada cuatro visitas a Urgencias se dan debido a una gestión inadecuada de la atención primaria.
En este caso, se juntan dos problemas largamente debatidos en los últimos años en esferas políticas y profesionales: la costumbre social de acudir a las urgencias en casos innecesarios y la escasa apuesta por el primer nivel asistencial, que lleva años solicitando más recursos y más peso en el sistema sanitario.