Karpeta Urdinak / Blue Files / Carpetas azules junto a otros cortos documentales en Zinemaldia

por Iñaki Markez Alonso

Tras más de una década de investigaciones, libros, conferencias, atención a víctimas de malos tratos y tortura, formación de profesionales, información de abuso y casos de tortura, respaldo terapéutico y reparación de personas afectadas, Informes, etc. la realización del Informe de la investigación de la tortura en el País Vasco (1960-2014), dirigido por el forense Paco Etxebarria y por encargo del Gobierno Vasco desde el Dpto. de Paz y Convivencia, aportó amplia información donde se recogieron 4.112 casos de tortura, que posteriormente fueron aumentando y hay quienes cifran en 10.000 las víctimas de torturas en Euskadi. Aleatoriamente se realizó el Protocolo de Estambul, instrumento avalado por NN.UU. y la OMS, a 202 personas denunciantes de torturas, que resultaron ser veraces todas ellas. La tortura deja heridas que pueden -o no- curarse, pero la herida interna, íntima y por la que se llega a sentir vergüenza, hasta el punto de no comunicarlo durante muchos años ni a sus seres queridos, no desaparece.

La tortura se entiende como la acción de infligir un sufrimiento físico o psicológico grave sobre una persona, con una intencionalidad política, a través de la discriminación, del castigo o de la humillación, entre otros modos. Así como presuponemos que la tortura puede llegar a ser un método recurrente en escenarios de guerra, nos cuesta imaginar que la tortura también se manifiesta de formas mucho más sutiles y en espacios más comunes y cercanos, tales como fronteras, centros de detención, cárceles u otros espacios institucionales. El Estado español está lejos de cumplir con las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. De hecho, ha sido condenado en reiteradas ocasiones por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por no investigar las denuncias de tortura en su territorio e instituciones.

Ahora en el marco del Festival de Cine de San Sebastián aborda en clave documental la violencia política de nuestro pasado cercano. Por Zinemaldia han pasado películas, de largo y corto metraje, y el año pasado impactó socialmente “Maixabel”. Este año son varios los documentales centrados en la violencia en Euskadi: “Gesto”, con imágenes de archivo, reflexiona sobre la trayectoria de Gesto por la Paz durante tres décadas, con sus concentraciones pacíficas contra la violencia; en “918 gau” Arantza Santesteban se refiere a las noches que pasó en prisión preventiva en cinco cárceles españolas y con base en las cartas que envió a sus padres; en “Bi arnas”, de Jon Mikel Fernández, que da voz a la exdirigente de ETA Iratxe Sorzabal, entregada a España desde Francia, y a su madre, abordando de nuevo la cuestión de la tortura cuyas heridas no se han cerrado; el corto “Hirugarren koadernoa” (El tercer cuaderno) se adentra en los relatos sobre Yoyes», según su directora, Lur Olaizola, en sus cinco años de exilio en México, documentados desde sus diarios; en “Karpeta Urdinak” (Carpetas azules), su director Ander Iriarte inicia un proyecto documental a partir de la sospecha de que su padre sufrió torturas en una comisaría. En su camino descubrió los resultados del Proyecto sobre tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960-2014, antes mencionado, implicando en la realización a profesionales de la salud y salud mental, a víctimas de tortura, a familiares… para obtener un producto muy didáctico y, curiosamente, financiado en parte mediante crowdfunding.

Es importante no solo sobrevivir a la tortura tras el paso del tiempo, pero sobre todo sentirse persona con todos los derechos y capacidades.

*En 2011-2014, OME y Osalde, participaron en una amplia investigación preliminar publicada en “Incomunicación y Tortura”, Ekimen Edit., 2014.