La política de recortes presupuestarios y de personal para cumplir con el déficit del gasto público y el desgaste de un modelo con más de 30 años ha conducido a una situación de crisis de la Atención Primaria que tiene repercusión en el acceso de la población a unos servicios primarios de calidad por la escasez del tiempo de consulta y listas de espera para acceder a la atención y sobre las condiciones de trabajo del personal.