06/12/2017 | Albert Recio Andreu (VientoSur)(Mientrastanto.org) Hace tiempo que los ecologistas, incluidos los economistas ecológicos, llaman la atención sobre los problemas que pueden derivarse de la crisis ecológica. Pero aunque estos avisos han empezado a ser tomados en cuenta, su influencia en el diseño de la política económica es prácticamente nula. Es incluso dudoso que los problemas ecológicos hayan tenido una incidencia crucial, ni siquiera importante, en el desencadenamiento de la última crisis económica. El capitalismo tiene suficientes factores desequilibrantes para experimentar crisis recurrentes sin que los problemas ambientales tengan una influencia decisiva. Lo que no significa que los problemas ecológicos no puedan acabar sumándose a los elementos desestabilizadores de la dinámica capitalista. Lo que es evidente es que la base de toda actividad productiva es la naturaleza; que no hay actividad económica, ni vida humana, sin la base material que proviene de la naturaleza, y que, por tanto, los límites naturales del planeta constituyen un elemento incompatible con cualquier lógica económica de crecimiento sostenido. Hay diferentes tipos de interacción entre la actividad económica humana y la naturaleza que pueden causar problemas. Destaco los que me parecen más relevantes. En primer lugar, la existencia de algunos recursos naturales que están dados en cantidades fijas y que pueden agotarse; este es el problema de los minerales. Su extracción creciente puede poner límites a la actividad económica si no es posible sustituirlos por otros productos diferentes, aunque hay que esperar que una explotación acelerada pueda acercarnos a alguno de estos límites. En segundo […]