Sanidad llega a un acuerdo para reducir un 10% los niveles de azúcar, sal y grasas en los productos que consumimos 10% menos de azúcar, sal y grasas y precisamente en los productos procesados, casi dos tercios de la las calorías que consumimos: es el compromiso al que ha llegado el Ministerio de Sanidad con la industria. Lo hará poco a poco hasta 2020. Un paso importante, pero, ¿suficiente?: «Si se aplicase sería útil. El problema es que habitualmente este tipo de acuerdos voluntarios luego comprobamos que no se aplica», afirma Miguel Ángel Royo, investigador del Instituto de Salud Carlos III. Para otros, un 10% menos supondrá menos obesidad o diabetes, menos envejecimiento prematuro, pero no acaba con el problema de fondo. «En lugar de querer aplicar medidas efectivas y políticas que realmente vayan en la dirección de reducir la alimentación insana como la publicidad infantil, el etiquetado, lo que hace es un lavado de imagen», añade Javier Guzmán, investigador de VSF Justicia alimentaria. Porque cuando queremos cuidarnos, nos quitamos el azúcar del café, pero no esa otra que la industria pone para que sus productos nos estén más ricos.»Salsas de tomate, fiambres de pavo o de pollo, zumos de fruta, caldos, sopas, sobre todo alimentos precocinados«, explica María Luscina López, médico endocrina del centro Las Huertas. Porque el pavo de cuando estamos a dieta, tiene hasta un 30% de azúcar y con tres cucharadas de salsa que le echemos a esa ensalada que creemos sanísima ya hemos consumido la cantidad recomendada de azúcar para un día. Una ingesta excesiva que empieza […]

Fuente: Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) La Comunidad Valenciana ha servido de probeta al Partido Popular para desarrollar la gestión privada en hospitales y la Atención Primaria (AP) en Valencia (y España). Este experimento, dirigido a poner en práctica la estrategia neoliberal en la sanidad española, se aplicó en los nuevos hospitales construidos en la Comunidad Autónoma: Alzira, La Marina, Elx, Torrevieja y Manises (y posteriormente en la Comunidad de Madrid y otras CCAA) El ex presidente del Partido Popular Zaplana impulsó la privatización: Creó Ribera Salud recurriendo a la financiación público privada. En 1997 un ejecutivo al servicio de la aseguradora sanitaria Adeslas propuso a la administración valenciana construir y gestionar desde la aseguradora un nuevo hospital público a cambio de cobrar un canon por cada habitante asignado al centro. Eduardo Zaplana, entonces presidente  de la Generalitat,   apoyo rápidamente la idea para lo que creó Ribera Salud, una empresa de gestión privada en la que incluyó a las cajas de ahorros valencianas Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Caixa Carlet, (45%); la aseguradora Adeslas (51%);  y  dos empresas constructoras  ACS -Dragados (2%) y Lubasa, (2%). El primer centro puesto en marcha por Ribera Salud de acuerdo a este modelo fue el Hospital de Alzira, que pretendía convertirse en el primer hospital español acogido al régimen de Concesión Administrativa como inicio de privatización sanitaria valenciana, que además serviría de guía para el resto de CCAA. El experimento fue acogido con entusiasmo por el sector empresarial […]

De la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la degradación de la biodiversidad surgen nuevas oportunidades de negocio para el sector financiero. Desde lo privado, se impulsan mecanismos de mercado para dar respuesta a la crisis ecológica bajo el pretexto de la escasez de recursos económicos de los Estados. Pero, ¿sirven estas medidas para preservar la naturaleza? Fuente: Elsaltodiario.com Mariola Olcina y Marta Luengo  Este mes de noviembre se celebra en Bonn (Alemania) la vigésimo tercera Conferencia de las Partes (COP23) con el objetivo de desarrollar el marco propuesto en el famoso Acuerdo de París de 2015. Quizá lo más sonado de aquel acuerdo fue la decisión de fijar en dos grados el límite de aumento de temperatura media en la Tierra. Sobre las estrategias y herramientas para alcanzar esa meta no hay tanta novedad y el acuerdo, si bien abre alguna posibilidad de cambio, refuerza las soluciones al cambio climático definidas por los actores más contaminantes con las llamadas soluciones de mercado. Hace unos meses, en el simposio sobre finanzas verdes, Jens Weidmann, presidente del Deutsche Bundesbank, afirmaba que “para afrontar el reto climático, los fondos públicos son importantes, pero sólo pueden proporcionar una pequeña parte de lo que se requiere. Esto significa que el capital privado tendrá que cumplir con la mayoría de estas necesidades de inversión”. Para Weidmann, defensor de la ortodoxia económica alemana que tanto estigmatiza los déficits, los Gobiernos no son lo suficientemente solventes para afrontar la lucha contra el cambio climático en […]