Fuente: saludcomunitaria.wordpress.com “Si hay algún aspecto en común que distinga el campo de la Medicina Social es su énfasis en la teoría. Las personas impulsoras de la Medicina Social plantean que la ausencia de una teoría explícita en la medicina y salud pública anglosajona no significa que ésta no exista. Por el contrario, su pretensión de ser ateórica o incluso antiteórica no es sino una forma de teoría implícita. La Medicina Social latinoamericana interpreta de esta manera la tendencia anglosajona a centrarse más en los aspectos biológicos que en los componentes sociales de problemas como el cáncer, la hipertensión o las enfermedades laborales. El enfoque biológico, desde esta perspectiva, reduce la unidad de análisis a lo individual y, de este modo, oculta causas sociales que serían abordables desde intervenciones comunitarias” (1) Pararse a pensar para seguir haciendo. Un pensamiento que no paralice la práctica, al tiempo  de una práctica que no acabe confundiendo el pensamiento. Llevamos itiempo queriendo pensar de qué hablamos cuando hablamos de cosas como salud, comunidad, bienestar, activos, promoción, equidad, participación. Pensar de qué hablamos para saber qué seguir haciendo. Si como decía el tango “veinte años no es nada”, tampoco lo debe de ser más de medio siglo. Más de medio siglo en América Latina pensando conceptos en torno a la salud comunitaria que siguen pareciéndonos nuevos en muchas ocasiones. Hace poco más de un año tuvimos la suerte de conocer a Maria Elena y  Guillermo, compañeros salubristas salvadoreños que nos acercaron un poco más a aquel inmenso continente. Gracias a ellos […]