El IMQ se salva de los “Fondos buitre”

El IMQ se salva de los “Fondos buitre”

El Igualatorio Médico Quirúrgico se ha salvado por el momento de una probable deriva a los llamados «fondos buitre»

Un grupo de médicos en activo del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) se ha pronunciado a favor de conservar la propiedad y contra la posible llegada de grupos externos hostiles (los llamados “fondos buitre”), aunque también ha abogado por que se pague un «precio justo» por las acciones.

El Igualatorio, el principal grupo sanitario privado vasco, ha celebrado su junta de accionistas en un ambiente dividido, después de que un grupo de médicos hubiera constituido una plataforma de accionistas (PAI) para pedir que sus acciones se compren a un precio superior al fijado.

El IMQ es propiedad de unos 1.140 médicos, cada uno con su paquete de mil acciones. Cuando las venden -por ejemplo, al jubilarse-, el IMQ les recompra este paquete a 67.000 euros. Los médicos de la plataforma, asesorados por un banco de inversión, creen que su valor de mercado sería entre tres y cinco veces superior.

En cambio, la junta directiva considera que vender las acciones en el mercado permitiría la entrada de fondos de inversión y se perdería la filosofía igualitaria y el arraigo de la empresa.

En la Junta de accionistas, la directiva ha propuesto aumentar a 99.000 euros el valor de las acciones y a 164.000 el año que viene, pero también subir al 75-80% del capital presente o representado en las juntas, según se trate de primera o segunda convocatoria, la mayoría necesaria para modificar los estatutos, una situación que para los médicos de la plataforma «limita aún más la libertad de decisión de los accionistas».

En esta situación, otro grupo de médicos en activo entró en el debate entre la actual dirección y la PAI, con un escrito facilitado a las agencias firmado por cuatro facultativos que dicen representar a un grupo importante de médicos en activo. La primera condición de dicho grupo es que “no apoyarán ningún movimiento que ponga en riesgo la propiedad de los médicos del IMQ».

Este grupo «facilitará la compra de las acciones, respetando sus derechos a todos aquellos compañeros médicos, así como a sus herederos, con un precio justo y acorde al mercado actual, usando fórmulas que eviten la introducción de agentes externos hostiles«.

Además, apuestan por «potenciar la transparencia y el buen hacer en la gestión; implicaremos y haremos partícipe en las diferentes áreas de decisión a las diferentes sensibilidades del accionariado, jóvenes, médicos en activo (hospitalarios y extrahospitalarios), jubilados… Pensamos que de esta forma podemos seguir manteniendo la arraigada y peculiar filosofía del IMQ, la cual nos hace únicos en este mundo globalizado y nos permite la mejor atención personalizada de nuestros asegurados«, concluyen los médicos de este grupo.

La junta de accionistas del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) aprobó las cuentas anuales y el aumento del valor del precio de las acciones. Finalmente, los accionistas que buscaban blindar los estatutos retiraron su planteamiento de los puntos del día a votar. El director general, Miguel Ángel Lujua, les agradeció el gesto. Los críticos también valoraron como positivo la retirada del punto, que calma las aguas y rebaja tensiones.

El reparto de fuerzas (los médicos críticos habían conseguido captar el interés de unos 300 socios para una masa accionarial compuesta por cerca de 1.100 personas) inclinó la balanza en favor de la dirección.

Fondos Buitre

Los fondos buitre, llamados así por su carácter rapaz y carroñero, son fondos de inversión especulativos, que se hallan registrados en paraísos fiscales El modus operandi de los fondos buitre consiste simplemente en comprar en el mercado deuda de Estados y empresas al borde de la quiebra, a un porcentaje muy inferior al de su valor nominal (su valor facial), y luego litigar o presionar por el pago del 100% de este valor. Mediante la especulación financiera, los fondos buitre compran títulos de deuda de los países y empresas en una situación económica difícil, a precio muy bajo para luego litigar en los foros internacionales e intentar cobrar la totalidad del valor de esos bonos. Son los mismos que compran pisos alquilados a precios bajos suben la renta escandalosamente lanzando a la calle a sus inquilinos. Más que inversores son saqueadores.

Escapan a cualquier control público. Los fondos buitre pertenecen a personas extremadamente ricas que permanecen ocultas en sociedades como Blackstone, Cerberus, Goldman Sachs. Disponen capitales de miles de millones de dólares y ejercen su mando sobre batallones de abogados capaces de entablar procesos en los cinco continentes, durante diez o quince años si es necesario. Compran antiguas obligaciones en el mercado secundario a precios irrisorios. Luego atacan a los países deudores denunciándolos ante las jurisdicciones extranjeras para reclamar el reembolso de las deudas al 100% de su valor. El porcentaje de éxito conseguido por los fondos buitre en esos diez últimos años, entre 2005 y 2015, asciende al 77%. Las ganancias obtenidas durante este periodo oscilan entre el 33% y el 1.600%.

Las jurisdicciones británicas y estadounidenses son las más requeridas por los fondos buitre. Un estudio del Wall Street Journal demuestra que entre 1976 y 2010 un total de 120 procesos contra 26 países deudores han tenido lugar ante los tribunales de estos dos países. El 89% de ellos han terminado con una decisión favorable para los fondos buitre.

Los fondos buitre matan

Un ejemplo. En 2002 –como consecuencia de una terrible sequía−, decenas de miles de seres humanos murieron en Malawi a causa de una hambruna. De los 11 millones de habitantes del país, 7 se encontraban gravemente subalimentados. El Gobierno fue incapaz de asistir a las víctimas, debido a que unos meses antes se había visto obligado a vender en el mercado libre sus reservas de maíz (¡40.000 toneladas!) de la National Food Reserve Agency (NFRA). Previamente, Malawi había sido condenado por un tribunal británico al pago de decenas de millones de dólares a un fondo buitre…

Los propietarios de los fondos buitre se encuentran entre los mayores predadores del sistema capitalista.

Michael F. Sheehan, llamado Goldfinger por sus colegas de la City de Londres (en referencia al «malo», obsesionado por el oro, en las aventuras de James Bond), posee Donegal International, domiciliada en las Islas Vírgenes. En 1979, Zambia importa de Rumanía un total de 30 millones de dólares en equipos agrícolas. Sin embargo, en 1984 Zambia se declaró en suspensión de pagos. Donegal International entonces compró por 3 millones de dólares la deuda rumana y Goldfinger decidió introducir una demanda ante la justicia londinense pidiendo el pago de los 30 millones originarios. Una vez ganada la causa, hizo embargar por todo el mundo las exportaciones de cobre zambiano, los inmuebles propiedad del Gobierno zambiano, los camiones zambianos que entraban en Sudáfrica, etc. Finalmente, el Gobierno de Lusaka cedió. Tras llegar a un acuerdo extrajudicial, se comprometió a abonar 15,5 millones de dólares a Goldfinger.

Peter Grossman, propietario de FG Capital Management, registrado en el paraíso fiscal del estado de Delaware, puso de rodillas a la República Democrática del Congo. EnergoInvest era una empresa de la antigua Yugoslavia que proveia a la RDC (entonces conocida como Zaire) de equipos eléctricos destinados a la construcción de una presa sobre el río Congo. A finales de 1980, el Gobierno de Kinshasa suspendió sus pagos. Grossman compró entonces a EnergoInvest, en esa época propiedad del Gobierno de Bosnia, el conjunto de las deudas por un valor de 2,5 millones de dólares. Después presentó al Gobierno de Kinshasa la orden de pagar 100 millones de dólares. La Cámara de Comercio Internacional validó su crédito. Tras ello, Grossman hizo embargar por todo el mundo los cargamentos de minerales procedentes del Congo, las cuentas extranjeras de empresas congolesas, etcétera.

Paul Singer es el dueño de Elliot Management y de NML Capital, y posee una fortuna personal estimada en 17 mil millones de dólares. En 1996, una crisis económica sacudió Perú y los bancos quebraron. Singer compró sus distressed debts (deuda problemática o de alto riesgo) por 11 millones de dólares. Puesto que el Gobierno peruano había actuado como garante de la deuda de los bancos, Singer denunció al Gobierno de Lima en Nueva York. En 2000, obtuvo 58 millones de dólares de este Gobierno.

 

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